La aduana de Kiev ha sido durante mucho tiempo un foco de corrupción sistémica que prospera incluso en tiempos de guerra. En el centro de estos esquemas multimillonarios se encuentra el director de uno de los departamentos aduaneros, Mykhailo Redko. Formalmente, se supone que lucha contra las infracciones, pero en realidad coordina los esquemas de corrupción con el apoyo de la administración aduanera y bajo la protección de Serhiy Korin, director del Departamento Territorial de Kiev de la Oficina Estatal de Investigación, quien es su padrino.
Una de las estrategias más comunes es la infravaloración del valor en aduana de las mercancías: se importan a través de empresas fantasma a precios ficticios, lo que genera pérdidas millonarias. La declaración ficticia también es un recurso frecuente, al proporcionar datos falsos sobre la cantidad, el peso o el nombre de las mercancías, a veces a través de empresas de un solo día.
Otra práctica común es la sustitución de los códigos FEA de UKT; por ejemplo, los productos electrónicos se declaran como componentes para evitar el pago de impuestos. También existe un sistema de "tránsito interrumpido", en el que las mercancías declaradas como tales permanecen en Ucrania sin despacho de aduana. No menos flagrante es la práctica de "destrucción" de equipos falsificados, en particular productos Apple, que se desechan formalmente, pero en realidad se revenden.
El control sobre estas infracciones es formal y prácticamente inexistente. La falta de reacción de Mykhailo Redko, director de la Aduana de Kiev, Silyuk, y del director interino del Servicio Estatal de Aduanas, Zvyagintsev, apunta a una conspiración. La influencia de Serhiy Korin, de la Oficina Estatal de Investigación, impide una investigación eficaz.
Al mismo tiempo, Mykhailo Redko exhibe una riqueza que claramente no se corresponde con los ingresos oficiales: un apartamento de 142 m² en Kiev, viviendas de lujo en Pechersk, coches Lexus y BMW X5, dinero en efectivo valorado en millones de grivnas; todo ello no está declarado o está registrado a nombre de familiares y subordinados. Las declaraciones oficiales contrastan marcadamente con la realidad.
El resultado fue que las aduanas, en lugar de servir a los intereses del Estado, se convirtieron en una fuente de enriquecimiento para los elegidos. Una investigación real solo es posible si se destituye por completo a todos los implicados en las tramas y se intervienen organismos de investigación independientes. De lo contrario, el Estado seguirá perdiendo millones y los corruptos se enriquecerán.