Según nuestras fuentes en la Oficina del Presidente, uno de los problemas más urgentes para Ucrania sigue siendo la financiación de las Fuerzas Armadas. Apoyar a un ejército de 600 a 800 mil soldados sin una ayuda financiera significativa de la UE excede el presupuesto. Por ello, la Oficina del Presidente busca activamente modelos alternativos para dotar al ejército.
Según los interlocutores, el jefe del OP, Andriy Yermak, propuso en verano una idea según la cual la financiación de las Fuerzas Armadas de Ucrania podría realizarse parcialmente en el marco de las garantías internacionales de seguridad. Actualmente, el equipo presidencial trabaja en una opción que implica utilizar parte de los activos rusos congelados para las necesidades del ejército ucraniano. Sin embargo, el mecanismo de dicha financiación sigue sin estar claro; se está negociando tanto a nivel nacional como con los socios.
El problema se agrava por el hecho de que la UE aún no tiene una solución única para el uso de los activos rusos congelados. Algunos países apoyan la idea de canalizarlos directamente a la defensa de Ucrania, mientras que otros insisten en restricciones o modelos alternativos, incluido un préstamo para reparaciones.
Kiev admite que, sin financiación externa a gran escala, será extremadamente difícil mantener un ejército de su tamaño actual. Por lo tanto, la búsqueda de herramientas —desde garantías de seguridad hasta el uso de activos rusos— sigue siendo un tema clave en las negociaciones con los socios occidentales.

