Sentirse completamente agotado después de un día de trabajo es un problema que incluso personas sin diagnósticos graves enfrentan. Los nutricionistas explican que, a menudo, la razón no es solo el estrés o la falta de sueño, sino también qué, cómo y cuándo comemos durante el día. TSN.ua, tras analizar materiales de Healthline, Nutritionist Resource y CNBC, ha recopilado consejos sobre qué alimentos favorecen los niveles de energía y cuáles, por el contrario, pueden reducirlos.
Los expertos enfatizan que la comida es la fuente principal de energía. Si la dieta se compone principalmente de alimentos procesados o es irregular, la energía puede disminuir drásticamente por la tarde. Se presta especial atención a la somnolencia después de un almuerzo o cena copiosos. Esta condición se debe a que el cuerpo destina gran parte de sus recursos a digerir grandes cantidades de alimentos, lo que provoca letargo.
Por eso, los nutricionistas desaconsejan comer comidas poco frecuentes y ricas en calorías, y en su lugar, optar por comidas pequeñas y frecuentes. Esto ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre más estables y a evitar bajones repentinos de energía.
Se recomienda una dieta que favorezca el vigor basado en alimentos sencillos, nutritivos y mínimamente procesados. Esto se centra principalmente en verduras y frutas de temporada, fuente de vitaminas, fibra y minerales, así como en cereales integrales y otros carbohidratos complejos (avena, arroz integral, quinoa y pasta integral). Estos alimentos proporcionan una liberación de energía más lenta y uniforme, a diferencia de los carbohidratos refinados y los dulces, que pueden provocar un breve aumento de energía y una rápida pérdida de energía.
Las fuentes magras de proteína se consideran igualmente importantes: pollo, pavo, pescado, huevos, legumbres y productos de soya. La proteína favorece los procesos metabólicos y la función muscular, y el pescado azul aporta al cuerpo ácidos grasos omega-3. Los frutos secos y las semillas también se mencionan por separado como un refrigerio práctico que combina grasas saludables, fibra y micronutrientes. Se recomienda elegir opciones crudas y sin sal.
Otro factor que a menudo se subestima es el agua. Los nutricionistas enfatizan que la cafeína puede proporcionar un efecto de alegría a corto plazo, pero no es una fuente de energía, y el consumo excesivo de café o bebidas energéticas solo puede aumentar el agotamiento si la dieta es generalmente desequilibrada. La deshidratación suele manifestarse con letargo, dolores de cabeza y pérdida de concentración, por lo que beber agua regularmente a lo largo del día puede afectar significativamente el bienestar.
Entre los alimentos a menudo llamados "combustible natural", los expertos destacan el plátano por su combinación de carbohidratos, fibra y potasio; la avena sin azúcar agregada como una opción versátil no sólo para el desayuno; y las semillas de chía, que contienen fibra, grasas saludables e hidratos de carbono y pueden contribuir a una energía más duradera.
Paralelamente, los expertos aconsejan analizar qué provoca exactamente la fatiga y aumenta el estrés. Un nutricionista de Harvard, citado en la selección, destaca la conexión entre el intestino y el cerebro: cuando hay inflamación crónica en el cuerpo, el cuerpo y el cerebro disponen de menos energía, lo que puede afectar tanto el estado de ánimo como la concentración. En este contexto, se aconseja limitar los alimentos procesados y los alimentos con alto contenido de azúcar refinado, aceites de semillas industriales y frituras, y evitar el abuso de edulcorantes artificiales, que suelen incluirse en bebidas y productos dietéticos.
Los médicos también advierten que si la fatiga persiste durante mucho tiempo y no desaparece ni siquiera después del descanso, es motivo de consulta con un médico de cabecera, ya que el agotamiento puede estar asociado a factores médicos, hormonales o psicológicos. Sin embargo, medidas básicas como una alimentación regular, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y beber suficiente agua pueden aliviar significativamente la afección en la vida diaria.

