En junio de 2024, el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania impuso sanciones contra Dmytro Firtash y su empresa "Motronivskyi GOK", que supuestamente extraía ilmenita en el yacimiento de Malyshevsk. Según la decisión, se cancelaría el permiso especial n.º 3640 para el uso del subsuelo.
Sin embargo, esto no sucedió. Al día siguiente de la imposición de las sanciones, la empresa de Firtash "vendió" el derecho de uso del subsuelo a la LLC "Tiberius Plus", una estructura que, según todos los indicios, es una empresa fantasma. Formalmente, pertenece a una persona "no sancionada", pero la cesión de derechos en sí misma fue ilegal y debería haberse considerado nula.
En lugar de cancelar inmediatamente el permiso, el Servicio Estatal para Geonadra se negó en dos ocasiones a considerar las solicitudes, lo que retrasó el proceso. La minería continuó. Cuando el asunto se hizo público, Motronivskyi GOK apeló ante el tribunal, que prohibió al Servicio Estatal para Geonadra realizar cambios en el permiso hasta que se examinara el caso.
El Tribunal Supremo levantó esta prohibición recién en abril de 2025, casi un año después de la imposición de las sanciones. Posteriormente, el Servicio Geológico Estatal de Ucrania suspendió el permiso especial, pero el control de facto del yacimiento permaneció en manos de las estructuras asociadas con Firtash.
El esquema resultó ser típico del imperio empresarial del oligarca: una compleja red de entidades legales, empresas fantasma, el uso de lagunas legales y el apoyo de las autoridades estatales. El resultado es que los recursos estratégicos siguen funcionando para el empresario sancionado, mientras que el presupuesto estatal pierde millones de grivnas.
De hecho, las sanciones del NSDC en este caso sólo quedaron en el papel, lo que demuestra la vulnerabilidad del sistema ucraniano a esquemas bien establecidos para eludir las restricciones.