Hay ingredientes que no solo cambian el sabor, sino que crean estado de ánimo. Despertan recuerdos, forman una atmósfera y dan horneado. Todo lo que tiene que hacer es agregar una gota de aroma a la masa, y el plato habitual cobra vida con nuevos colores.
La vainilla es la base de
una ternura clásica que nunca pierde relevancia. La vainilla natural es el aroma que hace que incluso el horneado más simple se acorde. Se agrega en la última etapa de amasar para mantener la delicadeza de las notas.
Peel de cítricos: un rayo de sol en el pastelito
de limón, naranja o lima refrescante y dando ligereza para hornear. Solo se debe eliminar una capa coloreada de cáscara: es donde se concentran los aceites aromáticos.
El aceite de almendras (nobleza en las gotas
es ideal para la masa de arena: solo unas pocas gotas, y nace algo particularmente sofisticado en su horno.
Las especias de
cardamomo y canela Para hacer que el aroma sea uniforme, es mejor mezclar especias con harina.
Agua de flores: la elegancia oriental
de agua de rosa o naranja agregue postres de acento exótico. Es importante recordar la dosis: el aroma solo debe enfatizar, no dominar.
Dúo dulce: miel y jarabe de arce
no solo endulzan, sino que también agregan profundidades de sabor. El horneado se vuelve más suave y el aroma es más cálido.
El jengibre es una explosión de brillo,
especialmente en el pan de jengibre: su nitidez equilibra la dulzura y crea un perfil de sabor complejo y rico.
Lavender: un ligero aliento de Provence
es delicada y exigente: requiere una dosis precisa para no estropear el aroma suave.
Coco y leche seca: un poco de trópicos
crean un ligero exótico, especialmente cuando se combinan con chocolate o frutas.
Chocolate: la tentación eterna
El chocolate negro con un alto contenido de cacao da profundidad y complejidad. En pedazos o rallado, se derretirá en la masa, creando deliciosas sorpresas.
Las hierbas frescas: una nota audaz
de menta, tomillo o incluso albahaca agregan sofisticación e inesperación, especialmente combinada con cítricos o chocolate blanco.
La combinación de fragancias abre horizontes interminables para la imaginación. Vanilla con cáscara de cítricos, lavanda con miel, canela jengibre: cada combinación crea una nueva historia.
Y si las especias se calientan ligeramente en una sartén, se abrirán aún más, dando a la casa una fragancia que permanecerá en la memoria durante mucho tiempo.