Los condimentos y suplementos sencillos pueden funcionar tan bien como los superalimentos: los alimentos fermentados, las fuentes de fibra e incluso las especias picantes favorecen el microbioma, la digestión, el sistema inmunitario y el estado de ánimo. Aquí tienes seis opciones para añadir a tu menú diario con más frecuencia.
Verduras encurtidas fermentadas. La fermentación facilita la absorción de nutrientes y aporta microorganismos beneficiosos a los alimentos. Los nutricionistas recomiendan tener cebollas rojas, pepinillos u otras verduras fermentadas a mano y añadirlas a al menos dos comidas: tacos, wraps y sándwiches.
Chucrut. Una fuente clásica de probióticos y fibra. Añádelo a sándwiches, ensaladas o tazones de cereales para un sabor más intenso y un estómago satisfecho.
Kimchi. Doble de beneficios: probióticos de la fermentación y fibra vegetal. Una o dos cucharadas —en tostadas, tacos, sándwiches, carne molida o en lugar de salsa— y el plato cobra vida.
Chiles. La capsaicina ayuda a desensibilizar las terminaciones nerviosas intestinales y puede aliviar el dolor crónico. Añada picante de forma gradual y regular a salsas, sopas, carnes o verduras.
Hummus. La pasta de garbanzos es una fibra prebiótica que nutre las bacterias beneficiosas. Un truco sencillo: sustituye la mayonesa por hummus en los sándwiches; obtendrás una textura más cremosa y una mejor composición.
Yogur griego. Una fuente de probióticos que fortalece tu microbioma y alivia problemas como la hinchazón y el estreñimiento. Úsalo en lugar de crema agria o mayonesa, o, para una solución intermedia, mezcla mayonesa y yogur en proporciones iguales.
Las pequeñas incorporaciones diarias funcionan mejor que los “maratones de una sola vez”: mantenga verduras fermentadas, un frasco de kimchi y yogur griego en el refrigerador, y hummus y chile en la alacena, y su microbioma le dirá “gracias”.