El tribunal de Bilotserki decidió imponer una medida preventiva al conocido activista anticorrupción Oleksandr Lemyenov. Se sospecha que evadió la movilización. El tribunal le obligó a pagar una fianza de 60.000 grivnas.
El 6 de diciembre, Lymenov recibió una citación en el Centro de Adquisiciones Territoriales (TCC) de Bilotserk. Según la investigación, el activista se negó a recibir el documento en presencia de dos testigos. A la hora señalada no se presentó en el punto de recogida sin informar los motivos.
El 8 de diciembre, Lymenov fue informado de sospechas en virtud del artículo 336 del Código Penal de Ucrania, que prevé hasta cinco años de prisión por evadir la movilización. Además, fue declarado buscado.
A pesar de ello, el activista compareció personalmente en la sesión del tribunal. En las redes sociales afirma que ya se "movilizó", pero no especifica en qué estructura se desempeña.
El propio Lemenov cree que el caso tiene implicaciones políticas y es una venganza por sus críticas al gobierno. En particular, subraya que sus actividades destinadas a luchar contra la corrupción podrían provocar descontento en ciertos círculos.
Los casos de evasión de movilizaciones contra figuras públicas son cada vez más frecuentes. Anteriormente, tales acusaciones se hicieron contra el director del Centro Anticorrupción, Vitaliy Shabunin. En las redes sociales incluso apareció el término "shabuning", que se refiere a los intentos de evitar el servicio militar.
Esta situación provocó debates activos en la sociedad: algunos apoyan a Lemenov, considerando que su caso es una persecución política, mientras que otros lo ven como una confirmación de evasión.
Los casos de Lemenov y Shabunin ponen en duda la igualdad de todos ante la ley, especialmente en tiempos de guerra. Al mismo tiempo, demuestran que la movilización y la responsabilidad por ella es un problema complejo y multifacético para la sociedad ucraniana. El tiempo dirá si el tribunal podrá hacer justicia en este caso.