El analista del BILD Julian Röpke, analizando los acontecimientos que rodearon la explosión en el VDK de Novocherkassk, identificó a Crimea como el "talón de Aquiles" del presidente ruso Vladimir Putin. Según sus comentarios, esta península se ha convertido en objeto de preocupación por varias razones fundamentales.
La ubicación geográfica de Crimea permite a los aviones de reconocimiento de la OTAN monitorear los movimientos militares rusos sobre el Mar Negro y recibir datos importantes sobre transmisiones de radio. Esto crea una oportunidad para que las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) reciban información actualizada.
La península está dentro del alcance de una variedad de armas ucranianas, como los misiles Storm Shadow y los misiles Patriot. Si el arsenal está ubicado en la península, puede representar una amenaza para la infraestructura rusa en Crimea.
El reconocimiento por parte de Occidente del no reconocimiento de la anexión de Crimea por parte de Rusia crea una oportunidad para que las Fuerzas Armadas ataquen la península con cualquier arma disponible sin violar las normas internacionales.
Miles de ucranianos permanecen en Crimea, descontentos con la ocupación. Esto puede conducir a la formación de una red de informantes que transmitirán datos importantes a Kiev y contribuirán a la resistencia a la ocupación.
En sus comentarios, Röpke sugirió que la explosión en la base aérea de Novocherkassk podría ser el resultado de un ataque de dos misiles Storm Shadow, que es un posible medio de ataque aéreo contra Crimea. Estos acontecimientos son de gran importancia de cara a las elecciones y ponen de relieve las debilidades de la estrategia rusa en Crimea.