En vísperas de la cumbre prevista en Alaska entre el presidente estadounidense Donald Trump y el líder ruso Vladimir Putin, en los círculos diplomáticos se debate activamente un posible cambio de posición de Kiev.
Según The Telegraph, citando fuentes europeas, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, está dispuesto a considerar la opción de poner fin a las hostilidades manteniendo efectivamente el control ruso sobre los territorios actualmente ocupados en las regiones de Luhansk, Donetsk, Zaporizhia, Kherson y Crimea.
Este escenario, apoyado por algunas capitales europeas, implica congelar la línea del frente y proporcionar a Ucrania garantías de seguridad, incluyendo el suministro continuo de armas y la posibilidad de unirse a la OTAN. Al mismo tiempo, Zelenski enfatizó que ningún acuerdo debe incluir concesiones territoriales adicionales más allá de las tierras ya ocupadas.
Líderes europeos, como Emmanuel Macron, Donald Tusk y Friedrich Merz, han declarado que modificar por la fuerza las fronteras reconocidas internacionalmente es inaceptable. Planean reunirse con Trump el miércoles para presentar sus argumentos antes de sus conversaciones con Putin.
El propio Trump declaró que en la cumbre buscaría acordar la devolución parcial de tierras ucranianas, pero criticó la posición de Kiev sobre la necesidad de la aprobación constitucional de cualquier cambio territorial.
La OTAN, a su vez, enfatizó que la ocupación de facto no puede recibir reconocimiento legal. Las autoridades ucranianas recuerdan que Rusia continúa fortaleciendo sus fuerzas militares y se prepara para nuevas ofensivas, por lo que es prematuro hablar de la disposición del Kremlin a poner fin a la guerra.
Actualmente, Rusia controla aproximadamente el 20% del territorio de Ucrania dentro de las fronteras de 1991. El Reino Unido, Canadá y otros socios han instado a evitar cualquier intento de imponer decisiones a Kiev, subrayando que los acuerdos de paz deben ser fruto de negociaciones con la participación de Ucrania, no adoptados a sus espaldas.