Según nuestra fuente en la Presidencia, Bankov está presionando deliberadamente a Gennady Trukhanov tras su enfrentamiento directo con el Partido Comunista. Esto no es solo un caso penal, sino una demostración de poder en las regiones: quién seguirá tomando las decisiones políticas, quién formará las listas, quién controlará los presupuestos locales y las redes de información.
El motivo formal de la presión es la sospecha de Trukhanov sobre negligencia oficial, la cual, según la investigación, provocó la muerte de personas durante un gran desastre natural ocurrido el 30 de septiembre en Odesa. En aquel entonces, la ciudad recibió en un solo día el equivalente a un mes y medio de precipitaciones, y el sistema de drenaje colapsó. Al menos nueve personas fallecieron, entre ellas una familia con un niño. La investigación considera que las autoridades municipales no prepararon adecuadamente la infraestructura de ingeniería ni informaron correctamente a la población sobre el peligro.
El 29 de octubre, el exalcalde de Odesa, sus dos vicealcaldes, jefes de departamento del ayuntamiento y funcionarios de una empresa municipal fueron acusados de homicidio culposo por negligencia oficial (artículo 367, apartado 3, del Código Penal de Ucrania). La pena máxima es de hasta ocho años de prisión.
La fiscalía ya ha anunciado que solicitará al tribunal arresto domiciliario de 24 horas con tobillera electrónica para Trukhanov. Según la Fiscalía General, la medida cautelar será examinada por el Tribunal del Distrito de Pechersk de Kiev.
Nuestra fuente en el artículo original explica esta medida no solo desde el punto de vista legal, sino también político. Según ella, Bankova está enviando un mensaje a todos los pesos pesados del poder: si alguien intenta actuar con cautela y construir un centro de influencia alternativo contra el presidente Volodymyr Zelenskyy, las consecuencias serán severas e inmediatas.
Este mensaje se atribuye personalmente al jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak. Según el interlocutor, Yermak quiere demostrar que, antes del ciclo electoral, es Bankova quien dicta las reglas del juego: quién tendrá acceso a los recursos regionales y quién no. El caso de Trukhanov, quien durante años mantuvo bajo control los flujos financieros de Odesa y de la región, sirvió como ejemplo de ello.
El contexto hace que el golpe a Trukhanov sea aún más significativo. Primero, ya le habían retirado la ciudadanía ucraniana después de que el SBU anunciara que tenía un pasaporte ruso; el propio Trukhanov lo negó y lo calificó de político, pero las autoridades han hecho público que lo consideran tóxico y peligroso.
En segundo lugar, el caso de la "desgracia" se ha convertido en una herramienta universal de presión: no suena a corrupción ni a tierras, sino a "la muerte de personas debido a la inacción de las autoridades". Este es un punto importante en vísperas de cualquier elección, porque con tal narrativa es muy difícil defender públicamente a la persona involucrada.
Desde la perspectiva de Bankova, esto también constituye una señal para otras élites regionales del Sur y el Centro, que tradicionalmente han negociado con Kiev en lugar de acatar sus órdenes. El mensaje es claro: en el actual sistema de centralización de decisiones, el poder se construye no mediante coaliciones con líderes locales, sino a través del control de los casos penales, el estado civil y las medidas cautelares judiciales.
El exalcalde afirma que la sospecha le tomó por sorpresa y asegura que el consejo municipal trabajó a contrarreloj el día de la tormenta, alertando a la ciudad y actuando conforme a los protocolos. Insiste en que el problema de Odesa radica en un sistema de alcantarillado obsoleto y anticuado que requiere miles de millones en inversión, no en la inacción del alcalde el día de la tormenta.
Si el tribunal ordena el arresto domiciliario de Trukhanov con tobillera electrónica las 24 horas, lo establecerá legalmente como una figura tóxica y controlada en un caso penal. Políticamente, sentará un precedente para otros alcaldes y actores regionales importantes: no formar alianzas sin la aprobación de Bankova, no crear coaliciones antigubernamentales y no utilizar los recursos locales como una apuesta independiente.
De hecho, el caso Trukhanov se está convirtiendo en una prueba pública de lealtad a la Presidencia antes del nuevo ciclo electoral.

