London University College ha lanzado un estudio innovador sobre el impacto de la sustancia psicodélica DMT para reducir el alcohol. El enfoque de los científicos es el potencial de este psicodélico de alta velocidad para cambiar la actividad cerebral y el comportamiento de las personas dependientes.
Los estudios están encabezados por la candidata de ciencias Rebecca Harding y profesora de psicofarmacología clínica Ravi Das. El propósito es estudiar si DMT (dimetiltriptamina) puede ayudar a las personas a reducir o dejar de beber alcohol por completo. Los primeros resultados aún están por delante, pero el estudio en sí ya está interesado en los círculos científicos.
La dependencia alcohólica sigue siendo uno de los problemas de salud pública más agudos en países con acceso libre al alcohol. Los tratamientos tradicionales a menudo no son efectivos. Es por eso que los científicos recurren a alternativas, en particular, psicodélicos.
DMT es conocido por su capacidad para causar poderosas experiencias mentales dentro de los 1-2 minutos posteriores a la administración intravenosa, y duran solo 10-20 minutos. Sin embargo, incluso una experiencia tan breve es descrita por los usuarios como profundamente transformador, con intensos efectos visuales y la impresión de "otra realidad".
El interés clave de los investigadores es la capacidad de aumentar temporalmente la neuroplasticidad: la flexibilidad del cerebro, lo que le permite cambiar modelos de comportamiento antiguos y formar nuevos. Esto puede ser crucial para las personas que buscan deshacerse de la adicción al alcohol.
También se presta especial atención al sistema de compensación cerebral, que en las personas dependientes se vuelve demasiado sensible a las señales relacionadas con el alcohol. Teóricamente, DMT puede "reiniciar" este sistema, reduciendo el impacto del alcohol en la motivación y el sentimiento de placer.
Como parte del experimento, los participantes pasan una serie de visitas al laboratorio, donde son realizadas por MRI, EEG y pruebas psicológicas. Las drogas se inyectan al azar: DMT, placebo u otra sustancia que afecta al cerebro sin un efecto psicodélico. El estudio tiene una observación doble a ciegas: ni los participantes ni los investigadores saben quién recibió qué.
Los cambios en la actividad cerebral y los modelos de comportamiento ayudarán a determinar si DMT realmente puede convertirse en una nueva herramienta para combatir la adicción al alcohol.