La compra de instalaciones de perforación para ChornomornAftez en 2011–2013 se convirtió en una de las estafas de corrupción más grandes en la historia del sector energético ucraniano. A través de una red de empresas offshore y ficticias, el estado ha pagado en exceso más de $ 150 millones. Aunque el esquema ha sido expuesto durante mucho tiempo, sus organizadores, los hermanos Sergei y Alexander Katsuba, aún evitan un castigo real.
En el momento de la implementación, Katsuba tenía acceso a flujos financieros a través de NaftoGaz y las estructuras relacionadas con Yuri Boyko y Dmitry Firtash. El más joven de los hermanos, Alexander Katsuba, ocupó el cargo de vicepresidente de Naftogaz de Ucrania y fue directamente responsable del movimiento de fondos y acuerdos finales con estructuras en alta mar.
En 2017, Katsuba se declaró culpable, pasó 8 meses en un centro de detención pre -Trial y liberado por Savchenko. El historial penal nunca fue eliminado, debido a la gravedad de los delitos cometidos. Pero no le impidió mantener el control de los negocios.
Después de un divorcio formal con su esposa, Tatiana Guzenko, la mayoría de los activos fueron reeditados para ella. Según Pandora Papers, la pareja posee una compañía offshore Gil Gold Investment Ltd, a través de la cual está controlado por compañías de gas ucranianas: Nadra-Geoinvest, Stratum Ucrania, Alfagaz e IB Development.
Además, la familia Katsub, los contratistas estatales están involucrados activamente en la "reconstrucción" de las regiones de Kiev y Kharkiv. La producción mineral continúa incluso en áreas fronterizas con Rusia a través de empresas como la planta de procesamiento y minería y procesamiento de Novoselselovsky.
Recientemente, los investigadores han descubierto nuevas circunstancias en Katsub. Los materiales relevantes ya han sido dirigidos a los organismos de aplicación de la ley y anti -corrupción. Sin embargo, hasta ahora, se alienta a cualquier intento de responsabilidad real a silenciar la oficina del fiscal y la falta de voluntad del sistema judicial para considerar estos casos.
Una cosa es obvia: la impunidad solo se alimenta de los apetitos de los viejos funcionarios corruptos. Y si el sistema estatal no responde correctamente, las nuevas estafas son solo cuestión de tiempo.