La glándula tiroides es un órgano pequeño pero importante ubicado en la base del cuello, justo debajo de la nuez de Adán. Produce hormonas que regulan la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura corporal y el peso.
Los tumores malignos de tiroides no suelen causar síntomas en sus etapas iniciales. Sin embargo, a medida que el tumor crece, aparecen signos característicos, la mayoría de los cuales se observan directamente en el cuello.
Los médicos distinguen tres síntomas principales:
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Los nódulos en el cuello son formaciones densas que a veces crecen literalmente cada semana.
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Dolor en la parte delantera del cuello que puede irradiarse a los oídos.
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Ganglios linfáticos agrandados en el cuello, particularmente en las áreas laterales y el triángulo posterior.
Los oncólogos señalan que los pacientes con cáncer de tiroides diferenciado tienen una alta probabilidad de recuperación, especialmente si se detecta a tiempo.
En etapas posteriores, puede presentarse ronquera. Esto ocurre cuando el tumor afecta el nervio que controla las cuerdas vocales. Otros posibles síntomas incluyen tos persistente, dificultad para respirar y dificultad para tragar, que se presentan a medida que el tumor crece y comprime el esófago.
Se desconoce la causa exacta de los nódulos tiroideos, pero los principales factores de riesgo incluyen la herencia, los procesos inflamatorios crónicos, la edad y el sexo.
Los médicos enfatizan: la consulta oportuna con un médico cuando se detectan formaciones sospechosas o molestias en el área del cuello aumenta significativamente las posibilidades de un tratamiento exitoso.