Empuje para dulce: familiar para casi todos los fenómenos, que a menudo ocurre repentinamente y se vuelve obsesivo. Sin embargo, no siempre es una señal sobre la necesidad real del cuerpo en glucosa. A menudo es una consecuencia de la falta de nutrientes, estrés o cambios hormonales. Sobre esto escribe Interia Kobieta.
Una de las principales razones de este deseo son las fluctuaciones en la glucosa en la sangre. Cuando cae bruscamente, el cerebro "requiere" una fuente rápida de energía, es decir, azúcar. Pero el consumo de dulces solo mejora temporalmente la situación y, posteriormente, causa una recesión aún peor debido a las fluctuaciones de insulina. Como resultado, un círculo vicioso de hambre constante.
Las hormonas juegan un papel no menos importante. Durante el estrés, el cuerpo produce cortisol, una hormona que mejora el apetito para los alimentos de alta calificación, incluidos los dulces. Este mecanismo se explica evolutivamente: el cuerpo se prepara para la amenaza, el almacenamiento de energía. Al mismo tiempo, las hormonas de la leptina y la grelina son responsables de la sensación de saciedad, y las mujeres se ven afectadas adicionalmente por el estrógeno y la progesterona, que cambian durante el ciclo.
A veces, el empuje para el dulce puede indicar una falta de elementos traza, como magnesio o hierro. Esto explica la popularidad del chocolate como fuente de minerales. El chocolate negro realmente tiene algunas propiedades beneficiosas, pero la mayoría de las personas prefieren alternativas menos saludables.
El factor psicológico no debe ser ignorado. El dulce a menudo se asocia con la comodidad emocional: infancia, vacaciones familiares, recompensas. En combinación con aburrimiento o rutina, se convierte en otro ímpetu para el consumo de azúcar espontáneo.
Los científicos también asocian las pasiones de alimentos con los niveles de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo. Su deficiencia está asociada con la depresión. Y a veces el cuerpo "intenta" compensar con la ayuda de un dulce y rico en carbohidratos.
Pero el consumo regular de una gran cantidad de azúcar puede tener graves consecuencias: diabetes tipo II, obesidad, enfermedad cardiovascular, inflamación crónica, energía y inestabilidad del estado de ánimo.
Sweet puede ser un placer y una alarma. Y si el deseo se vuelve regular u obsesivo, es una razón para prestar atención a la dieta, el estado emocional y el bien en general.