El 21 de noviembre, Rusia utilizó por primera vez el misil balístico intercontinental Oreshnyk contra Ucrania, en particular, atacando el Dniéper. Este evento provocó un animado debate entre expertos militares sobre si Ucrania es capaz de contrarrestar eficazmente tales amenazas.
El misil Oreshnyk es un nuevo desarrollo del complejo militar-industrial ruso diseñado para ataques intercontinentales. Según el GUR, Rusia dispone actualmente de hasta 10 misiles de este tipo. Sin embargo, su producción en serie sigue siendo cuestionable, ya que el potencial tecnológico y económico de la Federación de Rusia es significativamente limitado, como señala el experto en aviación Valery Romanenko.
A pesar de las altas características técnicas del Oreshnyk, la defensa aérea ucraniana puede intentar repelerlo. Aunque los sistemas Patriot no están diseñados para destruir misiles balísticos intercontinentales, pueden usarse para intentar interceptarlos.
El analista de aviación Kostyantyn Kryvolap señaló que para combatir tales misiles Ucrania necesita sistemas más modernos, como:
- THAAD (EE.UU.): uno de los sistemas de defensa antimisiles más potentes capaz de derribar misiles a altitudes de hasta 200 km.
- "Aegis" (EE.UU.): sistema de barco que opera a distancias más cortas.
- "Strilets-3" (Israel): similar al THAAD, pero con algunas características únicas.
Kryvolap señaló que incluso el sistema GMD estadounidense más moderno tiene sólo una tasa de éxito del 55-60% en la destrucción de misiles balísticos intercontinentales. Esto se debe a la dificultad de interceptación a gran altura, donde la ojiva se mueve a gran velocidad.
A pesar de la demostración del "Oreshnyk", Rusia se enfrenta a importantes dificultades a la hora de poner en marcha la producción en serie de este tipo de misiles. Los expertos creen que las sanciones económicas, el aislamiento tecnológico y la falta de recursos limitan significativamente las capacidades de la Federación de Rusia en esta dirección.
Ucrania continúa trabajando para fortalecer su sistema de defensa aérea. Paralelamente, continúan las negociaciones con los aliados sobre el suministro de los últimos complejos de defensa capaces de contrarrestar eficazmente amenazas similares al "Oreshnyk".