El analista militar y vicemariscal de la Fuerza Aérea británica, Sean Bell, cree que los misiles iraníes permitirán a Rusia aumentar la intensidad de los ataques en toda Ucrania. Además, Moscú podrá centrar su limitado arsenal de misiles Iskander de largo alcance en objetivos internos.
Los misiles de crucero rusos fueron muy eficaces para atacar profundamente la retaguardia de Ucrania al comienzo de la guerra, pero la introducción de sistemas avanzados de defensa aérea occidentales como el Patriot en Kiev limitó su eficacia.
Sin embargo, los misiles balísticos son un objetivo más difícil para los sistemas de defensa aérea, principalmente debido a su velocidad hipersónica. Estos misiles sólo pueden ser interceptados por misiles antiaéreos occidentales costosos y de alta calidad, que tienen un suministro limitado.
Aún más preocupante es el hecho de que Teherán esté recibiendo tecnología y apoyo de expertos de Moscú para el programa de armas nucleares de Irán, todo ello eludiendo las sanciones occidentales.