Los ruidos estomacales son normales en el sistema digestivo. Sin embargo, a veces se vuelven tan fuertes y frecuentes que resultan incómodos, especialmente en presencia de otras personas. En estos casos, conviene comprender su causa y cómo reducir los ruidos desagradables.
¿Por qué me ruge el estómago?
La causa más común es el hambre. El estómago y los intestinos vacíos se contraen preparándose para la ingesta de alimentos, lo que produce el sonido característico.
Otro factor es la disbiosis, donde se altera el equilibrio de bacterias beneficiosas en el intestino. Esto puede ocurrir debido a antibióticos, mala alimentación o estrés.
Comer en exceso también provoca ruidos: el exceso de comida sobrecarga el sistema digestivo y se altera el peristaltismo.
Los gruñidos pueden estar relacionados con alergias alimentarias, cuando ciertos alimentos irritan los intestinos.
Otra razón es comer con prisas. Se traga aire junto con la comida, lo que provoca flatulencia y ruidos estomacales.
Los factores que agravan el problema incluyen los alimentos pesados y grasosos, las bebidas carbonatadas, el alcohol y el exceso de cafeína.
¿Qué hacer?
Para reducir los eructos, puedes beber algunos sorbos de agua, tomar un refrigerio ligero con alimentos que no produzcan gases o agregar probióticos a tu dieta: yogur, chucrut, queso.
Vale la pena revisar tu dieta: más fibra y proteínas, menos comida rápida y azúcar. Las infusiones de menta, jengibre o hinojo te ayudarán.
Coma despacio para reducir la ingestión de aire y evitar el estrés: afecta negativamente a la digestión.
Además, dejar de fumar, usar ropa holgada y cuidar la salud bucal también pueden ayudar.
Si el ruido está acompañado de dolor, hinchazón u otros síntomas, debe consultar a un médico.