La guerra siempre ha sido un catalizador del progreso tecnológico, y hoy este proceso se observa especialmente en la construcción de estructuras defensivas. Ante la constante evolución de los frentes de batalla y el uso masivo de drones y artillería, las fuerzas armadas necesitan refugios que puedan erigirse rápidamente incluso en zona de combate. Precisamente por ello, la impresión 3D se utiliza cada vez más en la construcción, una tecnología que ya ha demostrado su eficacia en la construcción civil.
La impresión 3D para la construcción funciona mediante la superposición de capas de una mezcla especial de hormigón según un modelo digital. Este proceso minimiza la intervención humana, acelera la construcción y la independiza de los métodos tradicionales que requieren gran cantidad de maquinaria.
La empresa francesa Constructions-3D se ha convertido en una de las líderes del sector. Su impresora de construcción MaxiPrinter, de 2,7 toneladas, utiliza la mezcla de hormigón Termix 3D, diseñada para funcionar en condiciones extremas. Durante pruebas conjuntas con el ejército francés (unidad STAT), la impresora imprimió un punto de tiro permanente en un solo día, de forma totalmente autónoma.
El experimento demostró que el sistema es capaz de crear no solo estructuras defensivas, sino también refugios para equipos, puestos de mando y otros elementos de fortificación. Si es necesario, las estructuras pueden reforzarse adicionalmente con armaduras, placas metálicas u hormigón armado.
Las ventajas de la impresión 3D en el campo de batalla son evidentes:
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La construcción dura desde varias horas hasta un día;
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El sistema funciona de forma autónoma, sin una intervención humana significativa;
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Las estructuras pueden adaptarse a condiciones específicas;
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Se reduce la necesidad de transporte de bloques terminados o estructuras de hormigón.
En el futuro, la impresión 3D aplicada a la construcción podría convertirse en la base de una nueva doctrina de ingeniería: la fortificación rápida, móvil y digital. Con el desarrollo de materiales capaces de absorber ondas de radio o proporcionar aislamiento térmico, estos sistemas permitirán la creación de una nueva generación de refugios resistentes al fuego de artillería, explosiones e incluso ataques con drones FPV.

