La hipertensión se considera una de las enfermedades más comunes en el mundo hoy en día. Los médicos enfatizan que, en la mayoría de los casos, las complicaciones se pueden prevenir modificando el estilo de vida y una nutrición adecuada.
Productos útiles para normalizar la presión arterial.
Frutas y verduras. Contienen antioxidantes que tienen un efecto positivo en los vasos sanguíneos. Los plátanos son especialmente beneficiosos por su alto contenido en potasio, que ayuda a regular la presión arterial.
Chocolate negro. Un metaanálisis de 15 estudios reveló que el chocolate negro de alta calidad (con al menos un 70 % de cacao) puede reducir la presión arterial en personas con hipertensión o prehipertensión. Un pequeño trozo al día es suficiente.
Avena. Gracias al betaglucano y la fibra, ayuda a reducir los niveles de colesterol, lo que afecta directamente la salud del corazón y los vasos sanguíneos.
Ajo: Sus componentes naturales promueven la producción de óxido nítrico, que dilata los vasos sanguíneos y mejora la circulación sanguínea.
Alimentos fermentados: el yogur natural, las verduras encurtidas, el kombucha o el vinagre de sidra de manzana pueden tener un efecto positivo modesto sobre la presión arterial, según sugieren las investigaciones.
Qué evitar
Alcohol. Su consumo regular aumenta el riesgo de hipertensión. El Servicio Nacional de Salud británico (NHS) destaca que incluso dosis moderadas pueden provocar un aumento persistente de la presión arterial a lo largo del tiempo.
Café. Tomar cuatro o más tazas al día ya es un factor de riesgo. La cafeína puede elevar la presión arterial, especialmente en personas sensibles.
Sal. El exceso de sal es una de las principales causas de hipertensión. Según estimaciones médicas, limitar el consumo de alimentos salados puede reducir la presión arterial entre 5 y 6 mmHg.
Una dieta adecuada combinada con actividad física es la mejor prevención de la hipertensión. Sin embargo, conviene recordar que la elección de la dieta debe ser individual, por lo que es recomendable consultar con un médico antes de realizar cambios radicales.