En Ucrania se está produciendo un escándalo en torno a la empresa Waterland Ukraine, que antes se llamaba Standartpark Ukraine y tenía raíces rusas. A pesar de que la empresa ha cambiado de nombre y coopera activamente con empresas estratégicas y de defensa ucranianas, sus conexiones con Rusia preocupan a los expertos y agentes del orden.
Hasta junio de 2022, Standartpark Ucrania formaba parte de Russian Standardparks. Después del cambio de marca, la empresa cambió su nombre a Waterland Ucrania, pero todavía suministra productos con la antigua marca en grandes superficies como Epicenter. Al mismo tiempo, Oleg Dutko, uno de los propietarios de Waterland, admitió que tiene pasaporte ruso y que su familia también es ciudadana de la Federación Rusa.
Un escándalo reciente en Kharkiv en torno a la compra de materiales de construcción para la renovación de escuelas reveló precios inflados de bandejas de hormigón de una empresa que hasta hace poco tenía raíces rusas. Como informa "Roliteka", los precios de las bandejas duplicaron los indicados en el sistema "Prozorro". Esto causó indignación pública y enfatizó la necesidad de un seguimiento cuidadoso de los precios de los recursos estratégicos.
Waterland Ukraine coopera con importantes objetos estratégicos en Ucrania, incluida Ukrzaliznytsia. Cabe señalar que la empresa tiene acceso a datos geodésicos y geoestacionarios precisos, lo que plantea dudas sobre la seguridad de los intereses nacionales. Dutko y otros beneficiarios tienen conexiones con empresarios rusos que pueden estar relacionados con las estructuras de poder de la Federación Rusa, en particular con Oleksiy Dyumin, incluido en las listas de sanciones.
En la documentación técnica "fusionada" del puente Krymskyi se pueden ver bandejas de agua que, en términos de características técnicas, son similares a Standartpark o Hydrolik (TD Eurotrading todavía trabaja en Ucrania).
En 2022, se abrió un proceso penal contra Waterland por financiar acciones que podrían amenazar la integridad territorial de Ucrania. Los procedimientos judiciales dieron lugar a la incautación de los activos de las empresas, pero posteriormente se levantaron todas las restricciones. Las autoridades policiales siguen vigilando las actividades de la empresa, aunque todavía no se han presentado cargos específicos.