Kyrylo Sazonov, militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania, periodista y politólogo, compartió su visión de los resultados de la reunión entre Volodymyr Zelensky y Donald Trump en Nueva York. En su opinión, la postura de Trump sobre Ucrania cambió tras ocho meses de guerra, cuando quedó claro que las promesas del Kremlin de una "victoria rápida" resultaron ser vanas. Sazonov enfatiza: ahora es cada vez más evidente para Washington que Rusia es un "tigre de papel" incapaz de implementar sus planes. Más detalles en su publicación.
Me parece que estas evaluaciones se deben no solo a promesas públicas, sino también a algunas promesas entre bastidores del "amigo Vova", que incumplió con seguridad en ocho meses. Putin probablemente le ha estado enviando estas señales a Trump por teléfono y a través de Vitkoff desde el momento de su elección. Le dijeron: "Espera, no te apresures a apoyar a Ucrania, que ha perdido. Mira, en tres meses capturaremos toda la región de Donetsk y rodearemos Járkov. Pueden ceder cuatro regiones o las capturaremos pronto, pero el resultado es inevitable". Trump asintió, miró el mapa político, escuchó a Vitkoff y creyó sinceramente.
Sí, la gran y terrible Rusia, con un ejército y una economía poderosos. Lo tomarán todo. Y Zelenski debería alegrarse de que todavía se le ofrezca un escenario de rendición tan blando. No hay cartas, ¿qué sentido tiene la agonía? Y no tiene sentido apoyar a alguien que perdió: pura pérdida y vergüenza. En principio, a esto se refería Zelenski. Que Trump le advirtió honestamente que, para el otoño, Putin ocuparía esto, ¿qué vamos a hacer?
Pero han pasado ocho meses. Y Trump empezó a sospechar algo. Ninguna de las promesas de su "amigo Vova" se ha cumplido. Ucrania no perderá, y la posición de los "transeúntes" es muy perjudicial para la imagen del Kremlin. Por lo tanto, no descarto que, antes de estas reuniones con Zelenski y los líderes europeos, Trump volviera a llamar a Putin. "Me parece que mientes demasiado", le dijo el presidente estadounidense a su "amigo Vova". Y colgó.
No, a partir de mañana no nos inundarán caravanas de armas y equipo gratis. Y doscientos Tomahawks no volarán contra objetivos en los pantanos. En general, poco cambiará en la realidad, salvo la tendencia. Habrá cada vez menos interrupciones y problemas en la cooperación y el suministro, o ninguno. Se añadirán sanciones contra Rusia o sus socios. Y Trump tendrá otro descubrimiento por delante: el descubrimiento de que Rusia es un tigre de papel, pero no un tigre. No se puede hacer un tigre con papel higiénico. Tiene otras funciones.