El azúcar es un producto que se ha asociado con un sabor agradable y un placer rápido. Pero él, según los científicos, es una de las causas más insidiosas no solo de los trastornos mentales graves, sino también graves.
Expertos de la Universidad de Colorado han establecido un vínculo directo entre el consumo excesivo de azúcar, incluida la fructosa, y el desarrollo de una serie de trastornos conductuales y afectivos, desde la agresión hasta el trastorno bipolar y la depresión.
Según la investigación, el consumo de azúcar ha aumentado en un 25% de 1970 a 2000, y hoy se agrega a casi todos los productos populares. Tal hiperpá disponible se ha convertido en un verdadero desafío para la biología evolutiva humana.
¿Qué pasa en el cuerpo?
La fructosa reduce la energía en las células, lanzando una reacción de "búsqueda de alimentos", similar a la inanición. Esta reacción está incrustada en nuestro cerebro como un mecanismo de supervivencia: las personas antiguas arriesgaron la agresión e impulsividad para obtener alimentos.
En condiciones modernas, cuando la comida está disponible casi al instante, este programa biológico se transforma en un factor destructivo. El deseo de satisfacción rápida, novedad y comportamiento agresivo ya no es un mecanismo de supervivencia, sino un requisito previo para la desestabilización psicológica.
Trastornos mentales y azúcar
Los investigadores afirman que el consumo regular de una gran cantidad de azúcar puede estar asociado con el desarrollo:
-
comportamiento agresivo,
-
estados maníacos,
-
Síndrome de déficit de atención (TDAH),
-
depresión,
-
trastorno bipolar.
Además, el alto índice de azúcar glucémico provoca una reacción hiperactiva del cuerpo, lo que aumenta aún más los riesgos de los trastornos afectivos.
¿Hay alguna salida?
Los científicos le aconsejan que revise los hábitos alimenticios y evite el consumo excesivo de azúcar. Renunciar a las bebidas dulces, reducir la cantidad de postres y las etiquetas de lectura son pasos simples que pueden reducir no solo el riesgo de obesidad sino también para mantener la salud mental.
En un mundo donde el estrés y la sobrecarga de información se han convertido en una nueva norma, minimizando el impacto de los "enemigos silenciosos", ya que el azúcar no es solo una recomendación, sino una necesidad.