La Cámara de Cuentas ha aprobado un Informe de Auditoría de Cumplimiento sobre “Gestión de la Deuda Pública”. Se trata de la primera auditoría de este tipo en una década, y sus conclusiones demuestran una transformación a gran escala de la política de deuda de Ucrania en medio de una guerra a gran escala.
Según la Cámara de Cuentas, en el contexto de la agresión rusa, el gasto público, principalmente en defensa, se ha incrementado notablemente. Al mismo tiempo, la ocupación de algunos territorios y la destrucción de la economía han provocado una caída de la producción, una reducción de las exportaciones y de las inversiones, lo que ha derivado en un descenso del PIB y un rápido aumento del déficit presupuestario. Para cubrirlo, el gobierno se ha visto obligado a incrementar significativamente el endeudamiento, principalmente externo.
Durante el período auditado, el volumen de la deuda pública de Ucrania se triplicó, alcanzando los 7,4 billones de UAH. La proporción de préstamos externos en la deuda total aumentó del 47% al 75%, y su monto llegó a los 4,3 billones de UAH. Por lo tanto, la cartera de deuda de Ucrania se ha vuelto críticamente dependiente de los acreedores externos y se caracteriza por mayores riesgos cambiarios y de refinanciamiento.
Entre 2022 y el primer semestre de 2025, la relación entre la deuda pública y el PIB osciló entre el 77,8 % y el 90,9 %. Esto supera significativamente el umbral de seguridad del 60 % del PIB establecido por el Código Presupuestario de Ucrania (si bien estas restricciones se suspenden durante el período de la ley marcial). Los auditores recalcan que esto representa una carga de deuda excesiva para el presupuesto estatal.
El déficit presupuestario experimentó un crecimiento explosivo: en 2022 aumentó un 460% con respecto a 2021, en 2023 un 46,1% adicional y en 2024 un 1,7% más.
Según la Cámara de Cuentas, entre 2022 y el primer semestre de 2025, los gastos de servicio y amortización de la deuda pública ascendieron a 3,2 billones de UAH. De hecho, cerca del 20% del total del gasto del presupuesto estatal durante este período se destinó al pago de la deuda.
Los auditores advierten: en tales condiciones, la capacidad del Estado para financiar programas sociales, desarrollo de infraestructura y reconstrucción se ve significativamente limitada, ya que una parte importante de los recursos se destina al pago de deuda.
Un apartado aparte de comentarios se refiere a la falta de regulación de la gestión de la deuda pública. La Cámara de Contabilidad afirma que:
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Las estrategias de gestión de la deuda a medio plazo para los periodos 2023-2025 y 2025-2027 no han sido aprobadas;
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No se elaboraron los proyectos de declaración presupuestaria para 2023-2025 y 2024-2026 (debido a la suspensión de los requisitos correspondientes del Código Presupuestario).
Todo esto, según los auditores, limitó significativamente las posibilidades de planificación a medio plazo de los indicadores de deuda y de previsión de los costes del servicio de la deuda.
Otro ejemplo ilustrativo es la creación de la Agencia de la Deuda. Mediante la Resolución del Gabinete n.º 127, de 12 de febrero de 2020, el gobierno decidió establecerla, y se suponía que esta agencia asumiría funciones clave en la gestión de la deuda pública. Sin embargo, cinco años después de la aprobación de dicha resolución, aún no ha comenzado a operar, pues todavía no existe una decisión gubernamental al respecto.
La Cámara de Contabilidad también señaló que la normativa vigente no contiene indicadores de riesgo de deuda claramente definidos. Un sistema de indicadores de este tipo permitiría evaluar oportunamente los riesgos para la sostenibilidad de la deuda, pero en la práctica no existe.
El Ministerio de Hacienda afirma en sus explicaciones que se tienen en cuenta los riesgos al planificar los indicadores de deuda. Sin embargo, la documentación presentada a la Cámara de Cuentas no contiene pruebas documentales de dicha evaluación.
Los resultados de la auditoría muestran que Ucrania está entrando en un período de reconstrucción posbélica con una carga de deuda ya extremadamente alta, una dependencia significativa de los acreedores externos y la ausencia de un modelo institucional de gestión de la deuda que funcione plenamente.
La Cámara de Cuentas subraya: sin estrategias transparentes, una puesta en marcha real de la Agencia de la Deuda e indicadores de riesgo claros, será extremadamente difícil garantizar la sostenibilidad de la deuda a largo plazo y reducir la presión del servicio de la deuda sobre los presupuestos futuros.

