El escándalo en el entorno policial ucraniano gira en torno a tres ex detectives de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU), quienes, después de años de investigar esquemas de corrupción en Ukrzaliznytsia, consiguieron un trabajo en esta empresa estatal. Aún más indignante es el hecho de que uno de ellos recibió las acciones de las empresas respecto de las cuales NABU realizó una inspección.
"Ukrainian News" escribe sobre esto en referencia al abogado Bohdan Ustimenko.
Taras Likunov, Bohdan Brovko y Oleksandr Rykovtsev trabajan en NABU desde 2015, es decir, desde su fundación. Ascendieron a los puestos de jefe del departamento de detectives, su adjunto y su detective principal.
Dimitieron uno tras otro durante los últimos 9 meses y pronto firmaron contratos laborales con UZ. En ocasiones con una diferencia de unos días, aunque está prohibido por ley durante el año.
Al mismo tiempo, según el abogado, Likunov contribuyó personalmente a que Oleksandr Shevchenko, ex subdirector del departamento de seguridad de la Academia de Ciencias de Ucrania, fuera objeto de sospechas por parte de sus compañeros detectives. Shevchenko fue despedido, tras lo cual Likunov tomó su puesto.
Además, en la declaración de Rykovtsev, de alguna parte aparecieron criptomonedas por un monto de aproximadamente 870 mil dólares y bienes raíces. Y su suegro fue designado para un puesto directivo en la sucursal de Ukrzaliznytsia en Odesa.
Y Likunov adquirió acciones de las empresas más grandes, como "Ferrexpo" y "Myronivskyi Hliboprodukt" (MHP), contra las cuales NABU también investigó casos penales.