Hoy, en el calendario ortodoxo, se conmemora el santo mártir Ignacio el Portador de Dios, una de las figuras más veneradas del cristianismo primitivo. Vivió a finales del siglo I y principios del II y es considerado discípulo del apóstol Juan el Teólogo. Junto con otros mentores espirituales de la época, Ignacio pertenece a los Padres Apostólicos, personas que se comunicaron directamente con los apóstoles de Cristo.
San Ignacio fue obispo de Antioquía, uno de los centros clave del mundo cristiano de aquella época. Fue aquí donde los seguidores de Cristo comenzaron a ser llamados cristianos. Predicó activamente entre paganos y judíos, enfatizando la unidad de la Iglesia, la necesidad de obediencia al obispo y la cohesión espiritual de la comunidad.
A Ignacio se le atribuyen siete epístolas a las comunidades cristianas de Roma, Éfeso, Esmirna, Filadelfia y Magnesia, y una carta al obispo Policarpo. En sus textos, exhortó a los creyentes al amor, la humildad, la paciencia y una fe inquebrantable, especialmente en tiempos de persecución.
Durante el reinado del emperador Trajano, durante otra ola de persecución contra los cristianos, Ignacio fue arrestado. Fue trasladado de Antioquía a Roma, donde sufrió el martirio; según la leyenda, fue entregado para ser despedazado por fieras en el Coliseo. El santo percibió su muerte como un testimonio de fe y de plena unión con Cristo.
Presagios populares para el 20 de diciembre
Muchas creencias populares se asocian con este día. El clima despejado y helado se considera señal de un invierno corto y suave. La niebla promete un deshielo rápido, y los ríos congelados, heladas prolongadas. Según las creencias populares, no se recomienda pedir prestado ni prestar dinero en este día para evitar dificultades económicas. También se advierte sobre la compra de zapatos: se creía que dicha compra podía traer desgracias.
En el día de San Ignacio, los creyentes rezan pidiendo protección contra las fuerzas del mal, paz familiar, fortalecimiento espiritual y bienestar en el hogar. Se cree que el santo protege el hogar de las desgracias y ayuda a quienes buscan apoyo en momentos difíciles de la vida.

