Comer partículas de plástico microscópicas con alimentos o bebidas puede tener graves efectos en la salud. Esto se evidencia por los resultados de un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de California en Davis (EE. UU.).
Durante el experimento, los ratones de laboratorio recibieron pequeñas dosis de nanopartículas de poliestireno diariamente, un tipo de plástico, que a menudo se usa en productos de empaque. Esta cantidad correspondía a la que la persona moderna recibe con alimentos, según los cálculos de los investigadores, de 40-50 mil a 10 millones de partículas de microplásticos por año.
Los resultados fueron alarmantes: los animales desarrollaron glucosa de intolerancia, signos de inflamación del hígado y mayor permeabilidad intestinal y endotoxinas en la sangre. Todos estos son signos de trastornos metabólicos sistémicos que pueden conducir a enfermedades crónicas en humanos.
"Nuestra investigación ha demostrado que incluso la cantidad de plástico que es familiar para la nutrición moderna puede causar cambios significativos en el cuerpo", dijo el autor del estudio, Ammi Parkgerst.
Los científicos planean continuar trabajando en el estudio del impacto de la microplastia en otros órganos y sistemas, así como investigar los mecanismos de su acumulación en el cuerpo humano.