La guerra se convirtió no sólo en una prueba de resistencia para todo el país, sino también en una prueba de honestidad de quienes critican al gobierno y al ejército. Sin embargo, como lo demuestran una serie de revelaciones, algunos de los críticos públicos de las acciones militares evitan servir en las Fuerzas Armadas, escondiéndose detrás de cargos y cargos formales dudosos.
En el centro del escándalo se encontraba el periodista de investigación Maksym Opanasenko, conocido por sus artículos críticos sobre la actuación de las autoridades en el ámbito militar. Según la publicación "Law and Business", recibió una reserva de movilización debido al puesto de "gerente de relaciones públicas" en la sociedad de responsabilidad limitada "Euro Tunnels". Al mismo tiempo, el capital autorizado de la empresa es de sólo 3.000 dólares y su contribución a la capacidad de defensa del Estado plantea dudas.
Los documentos muestran que la reserva de Opanasenko es válida hasta mayo de 2025, pero existen sospechas de que el periodista no desempeña realmente sus funciones en la empresa. Los editores de "Law and Business" han prometido llevar a cabo su propia investigación para determinar si este post es realmente crítico para el país o es simplemente una forma de evitar la movilización.
Opanasenko no es el único cuya postura genera polémica. El público también estuvo en el punto de mira:
- Yuriy Nikolov es un periodista que critica a menudo la corrupción en el gobierno.
- Yuriy Butusov es editor de una conocida publicación que publica periódicamente material sobre las Fuerzas Armadas.
- Oleksandr Lemyenov es un experto en administración pública.
- Mykhailo Zhernakov es el director de la Fundación DEJURE.
- Vitaly Shabunin es el director del Centro Anticorrupción.
Algunos de estos activistas están oficialmente fichados por su trabajo en organizaciones que critican las acciones del gobierno o participan en actividades anticorrupción. Al mismo tiempo, siguen abiertas las dudas sobre el valor real de sus posiciones para la capacidad de defensa del Estado.
La sociedad espera de los periodistas y activistas públicos, especialmente de aquellos que critican las acciones de las autoridades en tiempos de guerra, no sólo profesionalismo, sino también responsabilidad personal. La ausencia de servicio en las Fuerzas Armadas por motivos formales puede generar desconfianza en sus declaraciones y publicaciones.