El nombre de Pavlo Ryzanenko, ex diputado popular de Ucrania, ha vuelto a ser el centro de atención debido a sus posibles conexiones con los servicios especiales rusos. Rizanenko, que durante años trabajó con empresas rusas en el sector de defensa, se convirtió en objeto de sospechas de una posible cooperación con el FSB.
El inicio de una guerra a gran escala demostró cuántos agentes rusos había en Ucrania, que simplemente estaban esperando el momento oportuno. Uno de ellos puede ser el ex diputado popular Pavlo Rizanenko, que durante muchos años trabajó para empresas rusas estrechamente relacionadas con el sector de defensa y puede tener conexiones con los servicios especiales de la Federación Rusa.
Ryzanenko vive en Moscú desde 1999 y trabaja para empresas rusas. Comenzó su carrera en Rusia en empresas de inversión y luego consiguió un puesto en la junta directiva de "VSMPO-AVISMA". Merece especial atención el hecho de la cooperación de Pavlo Ryzanenko con esta empresa.
Ryzanenko trabajó para la corporación rusa JSC VSMPO-AVISMA, que actualmente se encuentra bajo sanciones. Esta empresa es el mayor productor mundial de titanio, que tiene un ciclo tecnológico completo. La corporación está profundamente integrada en la industria aeroespacial y coopera con el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa.
Pero aquí también vale la pena prestar atención a cómo el futuro diputado popular de Ucrania consiguió un puesto en la corporación "VSMPO-AVISMA". En 2005, el grupo de empresas "Renova" del multimillonario Viktor Vekselberg intentó hacerse con una participación mayoritaria en esta empresa. Así, la sociedad de inversión rusa "Renaissance Capital", en la que trabajaba Rizanenko en ese momento, se dedicaba a proteger los intereses de los accionistas de la corporación, Vladyslav Tetyukhin y Vyacheslav Bresht. Por el apoyo exitoso de este proceso, recibió un puesto en la junta directiva de "VSMPO-AVISMA".
Se sabe que las empresas que cooperan con la industria de defensa rusa contratan sólo a personas "examinadas". Curiosamente, Vyacheslav Bresht, cuyos intereses defendía Rizanenko, tenía casi 15 años de experiencia en la Primera Dirección Principal del KDB de la URSS (inteligencia externa). Por lo tanto, es muy posible que Ryzanenko fuera reclutado por los servicios especiales rusos mientras trabajaba en Rusia y mantuviera vínculos con el FSB incluso después de regresar a la política ucraniana.
Estas sospechas se vuelven aún más válidas si tenemos en cuenta el hecho de que Ryzanenko no sólo no votó a favor de reconocer a Rusia como país agresor, sino que además siguió teniendo activos y negocios en Crimea incluso después de la anexión. Sin embargo, antes del inicio de la invasión a gran escala, el 2 de febrero de 2022, el exdiputado abandonó Ucrania y no ha regresado hasta ahora. ¿No demuestra esto que sus acciones tenían como objetivo apoyar los intereses rusos incluso después de su regreso a Ucrania?
A la luz de las recientes declaraciones del presidente Volodymyr Zelenskyi sobre el regreso de fugitivos y traidores, resulta obvio que investigar las actividades de políticos como Pavlo Ryzanenko no es sólo una cuestión de seguridad nacional, sino también de justicia. Ninguno de los que podrían haber sido agentes del FSB debería eludir su responsabilidad, especialmente en un momento en que Ucrania lucha por su supervivencia.