Durante años, el Ayuntamiento de Odesa ayudó a una promotora a desarrollar un prestigioso terreno costero en Langeron prácticamente sin coste alguno. En 2015, SPS-Realt, empresa afiliada a Maestro Hotel Management, arrendó casi media hectárea de terreno con el pretexto de construir un centro de salud. Sin embargo, en lugar del proyecto prometido, comenzaron a construirse aquí apartamentos de lujo con vistas al mar.
Según la estimación oficial, el valor del terreno superaba los 18 millones de grivnas, pero el ayuntamiento fijó la renta en tan solo el 3% de esta cantidad: poco más de 550 mil grivnas al año. Esto equivale a unas 46 mil grivnas al mes por hectárea de terreno, que vale millones en el mercado. Peor aún, el promotor no cumplió ni siquiera con las obligaciones mínimas respecto al inmueble, y el ayuntamiento hizo la vista gorda durante años, sin revisar ni rescindir el contrato.
En cambio, la construcción se desarrolla como una urbanización residencial normal, sin desmantelar edificios antiguos ni realizar un paisajismo adecuado. Tras la indignación, la empresa incluso eliminó la mención del proyecto de su sitio web, dejando a los inversores sin garantías ni perspectivas de finalización.
Este caso demuestra claramente cómo, en lugar de proteger los intereses de la comunidad, las autoridades están facilitando el robo de los recursos de la ciudad mediante alquileres artificialmente bajos e inacción. Este silencio sobre el problema parece más una conspiración que una coincidencia o un descuido.