Los expertos exigen políticas públicas más contundentes para limitar el consumo de alcohol, lo que podría prevenir miles de casos de cáncer y muertes cada año. El Centro Internacional para la Investigación del Cáncer (CIIC) insiste en que ningún nivel de consumo de alcohol es seguro.
En la Unión Europea, el alcohol causó más de 111.000 nuevos casos de cáncer en 2020. A nivel mundial, se prevé que esta cifra alcance los 741.000 casos, de los cuales casi el 70 % corresponde a hombres. Además, el daño económico derivado de las muertes prematuras por cáncer relacionado con el alcohol se estimó en 4.580 millones de euros en 2018.
El IARC clasificó el alcohol como carcinógeno en 1988. El consumo de alcohol aumenta el riesgo de al menos siete tipos de cáncer, incluyendo cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, hígado y colon. El alcohol causa cáncer debido a cambios hormonales, alteración del microbioma intestinal, estrés oxidativo y daño al ADN causado por el acetaldehído, una sustancia presente en el etanol.
Los estudios muestran que incluso el consumo “moderado” de alcohol (menos de dos bebidas al día) causó más de 100.000 nuevos casos de cáncer en todo el mundo en 2020. El mayor riesgo está asociado con los niveles de consumo “arriesgado” (2 a 6 bebidas al día) y “alto” (más de 6 bebidas al día).
El IARC propone diversas medidas para reducir los daños relacionados con el alcohol: aumentar los impuestos, establecer precios mínimos, aumentar la edad legal para consumir alcohol, limitar el número de establecimientos, prohibir la publicidad y establecer controles gubernamentales sobre la venta de alcohol. Estas medidas podrían reducir significativamente el número de casos de cáncer y salvar miles de vidas.

