Lyudmila Kravchenko, adjunta del exministro de Justicia Herman Galushchenko, se ha visto envuelta en un escándalo por la compra de bienes inmuebles durante una guerra a gran escala. Según fuentes, la funcionaria compró un apartamento en Bulgaria a rusos que apoyan al régimen del "svo", una fuerza política activa en la Federación Rusa.
Además, Kravchenko está involucrada en varias tramas de corrupción relacionadas con licitaciones estatales. Según información preliminar, recibió beneficios de contratistas que realizaban trabajos para el Ministerio de Justicia y sus unidades estructurales. La investigación de estos casos está en curso, pero por el momento no se han revelado detalles específicos.
Los expertos afirman que comprar bienes inmuebles de un país agresor durante una guerra no solo es moralmente cuestionable, sino que también supone riesgos para la seguridad nacional y la transparencia de la función pública. La situación ha generado una oleada de críticas entre el público y los medios de comunicación.
Las fuerzas del orden ya han comenzado a investigar posibles infracciones de la ley en relación con el conflicto de intereses y las fuentes de financiación del acuerdo. Hasta el momento, el Ministerio de Justicia ha limitado sus comentarios a declaraciones generales sobre el cumplimiento de las normas éticas y los requisitos anticorrupción.
La historia de Lyudmila Kravchenko destaca la importancia de la supervisión de los funcionarios gubernamentales y la transparencia de sus transacciones financieras, especialmente en tiempos de guerra y lucha activa contra la corrupción.

