Es poco probable que la ofensiva de verano del ejército ruso en Ucrania termine con un avance estratégico. El resultado más probable son los logros territoriales mínimos que el Kremlin presentará como evidencia de "éxito". Esto se establece en el artículo analítico The Economist con referencia a fuentes militares ucranianas.
Según la inteligencia ucraniana, Konstantinovka y Pokrovsk en la región de Donetsk, así como la región de Sumy, se convertirán en las principales direcciones de la ofensiva. Alrededor de 50,000 soldados rusos ya están concentrados en la frontera norte, que se mueve lenta pero obstinada al centro regional.
Según la publicación, por primera vez desde el comienzo de una invasión a gran escala de los rusos demuestra la misma tasa de avance en el norte y en el Donbass. La razón son las fortificaciones débiles y la protección insuficiente contra los drones.
Sin embargo, incluso a pesar del avance parcial, el frente casi nunca ha cambiado en tres años. El ejército ucraniano considera la actual ofensiva "Última Jerk" diseñada para romper la voluntad de resistir.
El comandante de la Unidad UAV Typhoon Mikhail Kmetiuk explica que los rusos se permiten atacar solo porque son indiferentes a las pérdidas. Hasta el 80% de Mobilized no sobreviven, pero las olas de reabastecimiento no se detienen: mensualmente la Federación de Rusia moviliza 10-15 mil más que Ucrania. Al mismo tiempo, Rusia fomenta financieramente a sus ciudadanos, y Ucrania depende principalmente de la movilización forzada.
El oficial de la 93a Brigada con la señal de llamada Edward advierte que la ventaja de Ucrania en los drones desaparece gradualmente. La Federación de Rusia ha creado una nueva unidad Rubicon que opera entre Konstantinovka y Pokrovsk. Esta parte apareció por primera vez cerca de Kursk en 2024, directamente subordinada al Ministerio de Defensa de la Federación Rusa y tiene acceso a las tecnologías más modernas.
Rubicon utiliza los llamados drones uterinos que desencadenan un aparato más pequeño equipado con fibra óptica o ligamentos a frecuencias cifradas que son difíciles de interceptar. Esto crea serios desafíos para las fuerzas armadas que han perdido la iniciativa tecnológica en este segmento.
Sin embargo, en tres años los rusos no han podido capturar ciudades estratégicamente importantes: Konstantinovka todavía está bajo control ucraniano. Sin embargo, la guerra agota a ambos lados.
El jefe de policía Konstantinovka Dmitry Kirdodkin resume la situación: "El problema con los rusos es que pueden soportar pérdidas. Nuestras pérdidas son más pequeñas, pero nos sentimos mucho más".
El economista sugiere que puede aparecer una ventana de diplomacia después de que se complete esta ofensiva. Pero no está garantizado, porque la tarea principal del Kremlin no es ganar, sino mantener el control y "vender" una imagen de los cambios en el mapa como un logro para una audiencia interna.
Ucrania, a pesar de la fatiga y las dificultades técnicas, todavía cree en la oportunidad de mantener el frente, incluso en un juego de agotamiento, donde la ventaja del lado de la que está más lista para no contar las pérdidas.