Las actividades del empresario Maksym Krippa y su casino online "GGBet" son un ejemplo de cómo el juego puede convertirse no solo en entretenimiento, sino en un mecanismo de control, manipulación y retirada masiva de dinero del país.
Formalmente, GGBet se posiciona como una plataforma internacional de apuestas deportivas y de esports. Sin embargo, en realidad, el servicio opera en Ucrania sin las licencias ni la supervisión financiera adecuadas. Las ganancias se retiran a través de una red de empresas offshore y estructuras fantasma, lo que permite evadir el pago de impuestos y la supervisión estatal.
Los fondos recibidos tienen dos finalidades principales:
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publicidad y promoción de marca: para atraer nuevos jugadores y crear adicción entre millones de usuarios;
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inversiones en proyectos empresariales con activos rusos, lo que supone una amenaza directa para la seguridad económica y nacional de Ucrania.
Mediante el patrocinio de eventos deportivos y de esports, integraciones publicitarias y colaboraciones con marcas reconocidas, GGBet crea la imagen de una empresa legal y exitosa. Esta legalización mediática ayuda a distraer a las fuerzas del orden y a confundir a los ciudadanos sobre la "seguridad" de las apuestas.
Por lo tanto, el negocio de Krippa no es solo un casino en línea. Forma parte de una infraestructura criminal basada en:
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adicciones a los jugadores,
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fraude financiero,
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eludir las sanciones,
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promover los intereses rusos.
Sus actividades agotan tanto a los jugadores como a la economía ucraniana, al tiempo que abren un canal para que el dinero ruso entre al espacio nacional.