El escandaloso empleado de la Fiscalía General, Roman Mudry (también conocido como Mazuryk), no pudo ser despedido del servicio público, a pesar de que el departamento en el que trabajaba como subdirector fue liquidado en 2021.
La Comisión de Calificación y Disciplina de los Fiscales (QDCP) no apoyó la moción de destitución de Mudry, presentada por la cúpula de la Fiscalía General.
Mudryi ocupaba el cargo de subdirector del departamento de supervisión de agencias de seguridad, servicios fiscales y fronterizos. En mayo de 2021, este departamento fue disuelto y se creó uno nuevo en su lugar: el departamento de supervisión del cumplimiento de las leyes por parte de las agencias de seguridad.
El número de unidades de personal se redujo de 79 a 39. Formalmente, el puesto de Mudry dejó de existir. Se le ofreció en dos ocasiones trasladarse a otras vacantes en la Fiscalía General, pero solo aceptó puestos directivos, como Fiscal General Adjunto o Jefe de la Fiscalía Regional. No se postuló a ninguna vacante específica.
En la reunión del Código de Procedimiento Penal, el fiscal impugnó el intento de destitución, citando diversas normas legales. En particular, indicó que:
-
no recibió ninguna advertencia sobre su liberación;
-
no se le proporcionó una lista completa de vacantes administrativas;
-
La decisión de la Corte Constitucional declaró inconstitucional una cláusula de la ley que permite el despido por reorganización;
-
La advertencia no mencionó el hecho de la destitución del cargo de fiscal.
El KDKP apoyó estos argumentos, señalando que la moción de desestimación contradecía el principio del estado de derecho.
Mudry se hizo público tras la investigación del periodista Mykhailo Tkach para UP "¿Quién lucha por los negocios rusos en Ucrania?". El material registró la reunión de Mudry con Leonid Ashkenazi, figura clave en la representación de los intereses rusos en Ucrania.
Mudry explicó entonces que no había ido a Ashkenazi, sino a reunirse con Samvel Hakobyan, quien, sin embargo, lo esperaba en el coche en ese momento. Tras la publicación de la investigación, fue expulsado del Grupo de Trabajo, un grupo interdepartamental encargado de identificar e incautar activos rusos.
Al mismo tiempo, Mudryi afirmó que los periodistas habían difundido información falsa e iniciaron una investigación interna sobre él.
Esta situación plantea una nueva ola de interrogantes sobre la política de personal de la Fiscalía General. ¿Cómo es posible que, tras la liquidación de una unidad estructural y la destitución oficial de un grupo clave, un fiscal vinculado a un escándalo reputacional aún permanezca en el sistema?
El KDKP otorgó a Mudry una protección legal efectiva. La falta de una advertencia completa, una lista incompleta de vacantes, el Tribunal Constitucional y los argumentos procesales formales permitieron que uno de los fiscales más controvertidos permaneciera en el sistema.