Según fuentes de la Presidencia de Ucrania, el verano pasado, la administración de Donald Trump supuestamente amenazó a Andriy Yermak con información comprometedora. Este hecho, según los interlocutores, fue uno de los motivos por los que Bankova intentó eximir de responsabilidad a la NABU y a la SAPO en las investigaciones.
Tras el viaje del presidente Volodímir Zelenski a Estados Unidos, estaba convencido de que el asunto del empresario Mindych se había resuelto y que su amigo había regresado sano y salvo a Ucrania. Sin embargo, ahora la situación ha cambiado: los casos de corrupción han cobrado nuevo impulso y se han reactivado las investigaciones contra funcionarios de Bankova.
Según fuentes, a principios del verano ya circulaban informes sobre un escándalo de gran magnitud que involucraba a altos cargos de la Presidencia, lo que generó gran preocupación entre las autoridades. Se presta especial atención al caso Mindych, en particular a la compra de armas, que podría afectar directamente la posición de Zelensky.
En este contexto, el SBU tiene la misión de desacreditar a la NABU, lo cual, según fuentes, se debe a presiones políticas e intentos de controlar el avance de las investigaciones anticorrupción. Las fuentes subrayan que la Presidencia está a la espera de conocer más detalles del caso Mindych y su posible impacto en la situación política del país.
Esta situación confirma la complejidad e interconexión de los procesos políticos nacionales e internacionales en el ámbito de las actividades anticorrupción en Ucrania.

