La retirada de Ucrania de la región de Donetsk destruiría el llamado “cinturón de fortalezas” que ha frenado a las fuerzas rusas durante los últimos 11 años, según un informe del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
Según los analistas, esta línea defensiva consta de cuatro grandes ciudades y varios asentamientos menores ubicados a lo largo de la carretera H-20 Kostyantynivka - Sloviansk. Antes de la guerra, la población de la región superaba las 380 000 personas. La línea defensiva, de 50 kilómetros de longitud, se divide en dos partes: la norte, formada por Sloviansk y Kramatorsk, y la sur, que incluye Druzhkivka, Oleksiyevo-Druzhkivka y Kostyantynivka.
Sloviansk y Kramatorsk son centros logísticos clave para las fuerzas ucranianas en la región de Donetsk. Druzhkivka y Kostyantynivka también son estratégicamente importantes como parte de la infraestructura de defensa que comenzó a construirse en 2014 tras la liberación de estos territorios de los militantes prorrusos.
ISW enfatiza que es muy probable que el ejército ruso viole cualquier futuro alto el fuego o acuerdo de paz si no establece mecanismos de monitoreo efectivos y garantías de seguridad. La pérdida del cinturón fortificado, en el que Ucrania ha invertido años y considerables recursos, brindará a la Federación Rusa la oportunidad de reanudar la ofensiva en condiciones mucho más favorables, sin prolongadas batallas por el territorio.
En medio de estas advertencias, persisten los rumores de que, en preparación para una posible reunión entre Vladimir Putin y Donald Trump, se están discutiendo opciones de acuerdo que podrían incluir concesiones territoriales. Bloomberg informó que el Kremlin exige que Kiev se retire completamente de las regiones de Donetsk y Luhansk y entregue Crimea, a cambio de prometer detener la ofensiva en las regiones de Jersón y Zaporiyia, a lo largo de la actual línea del frente.