El proyecto antifraude «190» reveló que el juez del Tribunal Mercantil de Kiev, Artem Selivon, y su familia poseen un patrimonio considerable, que no siempre declaran. El juez y su esposa, Yulia Selivon, son dueños de apartamentos, garajes y terrenos en Kiev y sus alrededores, así como de propiedades en el extranjero, incluyendo un apartamento en Chipre.
El año pasado, Artem Selivon recibió un millón y medio de grivnas como salario judicial, y Yulia Selivon ganó casi 1,7 millones de grivnas en Alemania, además de una pensión de 35.000 grivnas. El juez recibe regalos periódicamente de su padre, entre ellos un garaje en Kiev y dinero con el que adquirió un lujoso automóvil importado, un Mercedes-Benz GL 63 AMG, modelo 2013. El valor real de mercado del vehículo supera con creces el que figura en la documentación.
La familia Selivoni utiliza dachas estatales en el Centro Recreativo Koncha-Zaspa, registradas a nombre del padre y la esposa del juez. Sin embargo, el juez no declaró los costos de reconstrucción y mantenimiento de estas instalaciones.
Los vínculos de la familia Selivoni con antiguos altos cargos de la era Yanukóvich, como Inna Yemelyanova y el exjuez Artur Yemelyanov, suscitan dudas sobre la ética y la transparencia en el uso de los bienes estatales. Además, se han registrado numerosos casos de blanqueo de capitales mediante fundaciones benéficas y empresas fantasma.
Los primos del juez Selivon –Yuriy Kulinich y Anatoliy Selivon– también trabajan en el poder judicial y tienen estrechos vínculos con ex jueces y funcionarios.
Los periodistas destacan que la esposa del juez vive y trabaja en Alemania desde 2022, pero el juez no declara sus bienes inmuebles ni sus ingresos en el extranjero, ni refleja los gastos por el uso de dachas estatales y coches proporcionados por familiares.

