Roman Hreba, subdirector de la Administración Estatal Regional de Chernivtsi, vive con un salario de funcionario, pero conduce un lujoso Lexus RX350 valorado en más de 2,6 millones de grivnas, y su esposa guarda 170.000 dólares en efectivo en casa. Así lo reveló su declaración, publicada por el medio 368.media.
Roman Hreba, quien compagina su trabajo en la administración pública con una activa participación en organizaciones deportivas, posee una considerable fortuna. Su familia es propietaria de un apartamento de 106 metros cuadrados en pleno centro de Kiev, adquirido en 2013 por 1,22 millones de grivnas. Si bien su cargo oficial se encuentra en Chernivtsi, su residencia principal sigue siendo la capital.
En Chernivtsi, Hreba alquila la primera planta de una casa particular de 99 metros cuadrados con una parcela de 500 metros cuadrados. Además, alquila una plaza de aparcamiento en el complejo residencial Image Pictures de Kiev.
El Lexus RX350, que compró en diciembre de 2022 por 2,67 millones de grivnas, es el único vehículo del funcionario.
Su esposa, Iryna Hreba, es empresaria y profesora de yoga. Es propietaria de dos empresas: «GR Group», con un capital social de 200 000 grivnas, y «Orion-RVE», en la que posee una participación del 33,3 %. La declaración también indica que Iryna dispone de 170 000 dólares estadounidenses en efectivo.
A pesar de esto, los ingresos oficiales de la familia parecen modestos: el salario de Roman Hreba en la Administración Estatal Regional de Chernivtsi durante el año ascendió a 434.500 grivnas, y su esposa repuso la cuenta con solo 537.700 "de ahorros".
Curiosamente, este funcionario ocupa simultáneamente varios cargos públicos influyentes: presidente de la Federación Ucraniana de Deportes Estudiantiles, vicepresidente de la Federación Europea de Deportes Escolares, presidente del comité de ética de la Federación Internacional de Deportes Escolares en Bélgica y director de la Federación Ucraniana de Ciberdeportes. Oficialmente, ninguno de estos cargos es remunerado.
Sin embargo, el estilo de vida del funcionario y su familia plantea muchas preguntas. Incluso teniendo en cuenta sus ingresos oficiales, tal cantidad de propiedades y dinero en efectivo parece, como mínimo, desproporcionada.

