La Oficina de Aduanas de Odessa ha descubierto una trama de corrupción a gran escala que causó pérdidas de más de 215 millones de grivnas al presupuesto ucraniano solo en julio de 2025. Según datos preliminares, el organizador de la transacción fue el subdirector de la Oficina de Aduanas para Pagos Aduaneros, Vitaliy Zvarych, quien presuntamente desarrolló un mecanismo para eludir las garantías de exportación.
El gobierno introdujo este sistema en otoño de 2024 para cubrir el presupuesto y apoyar al ejército. Sin embargo, el funcionario lo utilizó para su propio beneficio.
El esquema funcionaba mediante el régimen aduanero de "procesamiento fuera del territorio aduanero". Según los documentos, las mercancías se registraban como enviadas para su procesamiento en otros países, por lo que no se les aplicaban impuestos ni aranceles. En realidad, los productos nunca regresaron a Ucrania, sino que se vendieron en el mercado mundial.
En tan solo un mes, se procesaron dos grandes cargamentos de soja mediante este mecanismo desde ALTEX GROUP LLC a una empresa de los Emiratos Árabes Unidos. El primero, de 60.000 toneladas, con un valor de 22 millones de dólares, y el segundo, de 40.000 toneladas, con un valor de 15 millones de dólares.
La participación del buque ALAA M, que transportaba repetidamente soja de dudosa procedencia, causó aún más controversia. Resultó que entró en el puerto de Odessa sin los controles adecuados e incluso provenía de la Crimea temporalmente ocupada. Esta inacción de las autoridades aduaneras causó indignación, ya que, en pleno apogeo de la guerra, Ucrania permitió el suministro ilegal desde territorios controlados por el enemigo.
A pesar del sonado escándalo, la dirección de la Aduana de Odessa intenta desvincularse de toda responsabilidad. Se están creando comisiones internas para "verificar los hechos", lo que se asemeja más a un intento de encubrimiento que a una verdadera investigación.