La capital lleva tres años bajo toque de queda, pero eso no ha impedido que los servicios de taxi ilegales operen de noche, violando la ley marcial. Por ley, circular por la ciudad durante este periodo solo está permitido con un permiso oficial emitido por las autoridades. Sin embargo, se ha revelado que algunos conductores reciben documentos falsos adquiridos a través de canales corruptos por entre 300 y 500 dólares.
Debido a la escasez de permisos oficiales y a la alta demanda de transporte nocturno, las tarifas para estos viajes alcanzan las 4 mil grivnas. El control fiscal sobre estas operaciones es prácticamente nulo, lo que permite a los transportistas evadir el pago de impuestos y la presentación de informes.
La Administración Militar de la Ciudad de Kiev reconoce el problema y afirma estar trabajando para solucionarlo. En particular, está implementando la digitalización del proceso de emisión de permisos para eliminar por completo las versiones en papel, y también planea revisar el procedimiento de emisión de permisos para circular durante el toque de queda. Se espera que esto aumente la transparencia y ayude a frenar las actividades de los transportistas ilegales.
Durante la investigación periodística, se supo que, entre los transportistas nocturnos, el popular servicio Uklon también opera activamente. Si bien la compañía anunció oficialmente la suspensión del trabajo durante el toque de queda del 15 de marzo, ahora está restableciendo gradualmente el modo nocturno, con acuerdos con las autoridades de Lviv y a la espera de los permisos en Kiev y otras grandes ciudades. La pregunta de quién exactamente emite los pases a los conductores y con qué criterios sigue sin respuesta.
Uklon cuenta con una estructura offshore: Uklon Ltd. está registrada en Chipre y posee los derechos de las marcas y el software de la plataforma. Gracias a este esquema, los fundadores ucranianos optimizan sus obligaciones fiscales. Oficialmente, el servicio no se presenta como un servicio de taxi, sino únicamente como intermediario entre conductores y pasajeros, lo que le permite evitar la obligación de obtener una licencia.
La falta de control efectivo, los pases ocultos y las tramas offshore de los principales actores del mercado crean condiciones para la impunidad por violar la ley y enriquecerse durante la guerra.