En Kropyvnytskyi se descubrió una organización pública llamada "MAN", que al comienzo de la guerra operaba únicamente en papel. Sus miembros vendían tarjetas de identificación de plástico, galones y certificados con sellos, supuestamente garantizando protección contra la movilización. Cobraban entre 20.000 y 80.000 grivnas por sus "servicios", creando una falsa sensación de seguridad para los clientes.
El organizador de la trama, junto con varios cómplices, tenía roles claramente definidos: algunos buscaban clientes, otros falsificaban documentos y otros recaudaban dinero. La trama incluso involucraba a un veterano de guerra que se convirtió en secretario de la organización y ayudó a convencer a la gente de que se "protegiera de la movilización".
El 27 de febrero de 2024, agentes del orden público realizaron allanamientos en la sede de la ONG "MAN". Se incautaron numerosos documentos de identidad falsos, distintivos militares y listas de miembros del "Batallón Turan". Los investigadores determinaron que los organizadores actuaban de forma sistemática, aprovechándose del temor de los reclutas y obstaculizando las actividades legítimas de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El Tribunal del Distrito de Kirovsky, en Kropyvnytskyi, declaró culpable al organizador de obstruir las actividades legítimas de las Fuerzas Armadas de Ucrania y lo condenó a cinco años de prisión. Su cómplice, un veterano de guerra, se declaró culpable y cooperó con la investigación, por lo que recibió tres años de libertad condicional.
Este caso demuestra cómo la guerra crea las condiciones para el fraude: el miedo a la movilización se convierte en mercancía y la confianza en una moneda fácilmente devaluable. El falso «chaleco antibalas» no solo no brindaba protección legal, sino que también socavaba la confianza en los voluntarios y el ejército.

