El Tribunal del Distrito de Shevchenkivskyi de Kiev devolvió la acusación al fiscal en el caso del escandaloso empresario de Odessa, Dmytro Malinovsky, conocido por fingir su propia muerte en 2014 y esconderse en Francia durante varios años.
La historia de este residente de Odessa se remonta a 2012. Entonces Malinovsky y su compañero fueron acusados de fraude a una escala particularmente grande: utilizando documentos falsificados, se apoderaron de los derechos corporativos de una empresa que poseía bienes raíces comerciales en Odessa.
En 2014, la esposa del empresario recibió un paquete con una urna y un certificado de defunción procedente de Luhansk, temporalmente ocupado. Por ello, un tribunal ucraniano declaró muerto a Malinovsky.
Sin embargo, en 2018 se supo que estaba vivo y residía en Francia. Allí fue descubierto por la policía, interesada en comprar un castillo valorado en unos 3 millones de euros. Durante los registros de la finca, se encontraron bienes valorados en más de 4,6 millones de euros, incluyendo un Rolls Royce Phantom clásico y pinturas de Salvador Dalí.
Las fuerzas del orden francesas detuvieron a Malinovsky y la fiscalía ucraniana solicitó su extradición. Sin embargo, no fue posible devolverlo a Ucrania. En 2023, la fiscalía presentó una nueva acusación en rebeldía ante el tribunal por fraude y blanqueo de capitales.
La audiencia preparatoria en el Tribunal Shevchenko de Kiev se prolongó durante más de dos años. La fiscalía exigió un juicio extraordinario en ausencia del acusado. En su lugar, el propio Malinovsky se unió a las audiencias por videoconferencia desde Francia, alegando que no podía asistir en persona porque estaba bajo el control de la policía local y del tribunal.
El tribunal concluyó que Malinovsky no se encontraba oculto, pues el fiscal conocía su paradero. Por lo tanto, se consideró que la acusación contravenía la ley y se solicitó su revisión.
En efecto, esta decisión “congela” el proceso en Ucrania y deja inciertas las perspectivas de llevar a Malinovsky ante la justicia.