Tras seis años de procedimientos lentos y prácticamente infructuosos, parecía que el sonado caso contra el exalcalde de Járkov, Mykhailo Dobkin, por el supuesto "plan cooperativo", finalmente había quedado en nada. En marzo de 2024, el Tribunal del Distrito de Dzerzhynskyi de Járkov, y posteriormente el Tribunal de Apelación de Járkov, archivaron el proceso penal, alegando la prescripción de 15 años, ya que los hechos imputados se relacionaban con el período 2008-2009.
Sin embargo, el 15 de diciembre de 2025, la Corte Suprema puso una coma en lugar de un punto en esta historia. La instancia de casación revocó las decisiones de los tribunales inferiores y envió el caso a un nuevo juicio, declarando ilegal su cierre.
El Tribunal Supremo coincidió con los argumentos de la fiscalía sobre la determinación incorrecta del momento de consumación del delito. Según la fiscalía, el delito se considera consumado no en el momento de la adopción de decisiones por parte del ayuntamiento, sino cuando se produjo la expropiación ilegal de tierras, es decir, tras la ejecución de los actos estatales. En este caso, esto ocurrió el 18 de agosto de 2010. Por consiguiente, el plazo de prescripción, según los cálculos de la fiscalía, expiró el 18 de agosto de 2025 y, por lo tanto, el cierre del proceso en 2024 fue prematuro.
Este caso se ha convertido en un claro ejemplo de cómo los juicios penales pueden prolongarse durante años, aprovechando las lagunas legales y el formalismo del derecho procesal. Lo irónico de la situación es que, incluso después de la decisión del Tribunal Supremo, prácticamente no queda tiempo para la conclusión del proceso y la emisión de un veredicto.
La esencia del llamado "plan cooperativo" implementado durante el mandato de Dobkin era bastante simple. En Járkov, se crearon cooperativas de servicios con la denominación "vivienda y construcción", lo que les permitía adquirir grandes extensiones de suelo urbano para desarrollo urbanístico de forma gratuita. Sin embargo, estas cooperativas no cumplían los requisitos del Código de Vivienda de la República Socialista Soviética de Ucrania vigente en aquel momento: sus miembros no estaban inscritos en el registro de vivienda, no necesitaban mejorar sus condiciones de vida y, a menudo, se creaban literalmente unos días antes de que se tomaran las decisiones sobre la asignación de terrenos.
Como resultado, según la investigación, solo en 2008, cuando Mykhailo Dobkin era alcalde y Gennady Kernes secretario del Ayuntamiento de Járkov, se transfirieron ilegalmente al menos 650 hectáreas de terrenos municipales. El valor aproximado de estas parcelas se estima entre 4.000 y 6.000 millones de grivnas. Kernes, quien como secretario del ayuntamiento fue una figura clave para llevar los asuntos relacionados con las tierras a la sesión, nunca llegó a los tribunales; la acusación se consideró sin él.
A pesar de que el Tribunal Supremo ha dado un nuevo impulso al caso, la mayoría de los expertos coinciden en que es poco probable que esta decisión cambie el resultado final. Lo más probable es que el proceso termine nuevamente con el cierre de los procedimientos debido a la prescripción. En consecuencia, el caso contra Dobkin corre el riesgo de convertirse en otro ejemplo clásico de cómo los episodios de corrupción a gran escala en Ucrania se diluyen durante años entre tribunales, investigaciones y plazos procesales, sin llegar nunca a un veredicto.

