En Ternopil siguen saliendo a la luz proyectos inmobiliarios a gran escala vinculados a allegados del alcalde Serhiy Nadal. Estos proyectos se basan en la cesión de terrenos municipales para desarrollo urbanístico a través de testaferros y acuerdos de inversión que benefician a la ciudad y favorecen intereses privados.
La empresa "Merkury" ya ha construido más de 12 edificios de apartamentos, y otros tantos se encuentran aún en construcción y planificación. Entre los beneficiarios de estos proyectos se encuentra la familia Pylypchuk. Los familiares de Roman Kryshtalovsky, director de Ternopilbudinvestzamovnyk, también poseen una participación significativa.
El hermano de Roman, Volodymyr Kryshtalovsky, mantiene una estrecha relación con Yuriy Pylypchuk, con quien estudió en la Universidad Politécnica de Ternopil. La esposa de Roman, Ruslana Kryshtalovsky, posee unas tres docenas de empresas en el sector de la construcción y colabora activamente con los Pylypchuk. La mayoría de estas empresas recibieron terrenos del KP Ternopilbudinvestzamovnyk.
Según los registros, Ruslana posee varios apartamentos en zonas prestigiosas de la ciudad, locales comerciales y no residenciales, plazas de aparcamiento y participaciones en plantas de energía solar. La superficie total de terrenos registrados a su nombre supera los 9.000 m². El terreno se transfirió mediante complejos esquemas: primero con el pretexto de "jardinería" y luego se cedió a "su" familia para su desarrollo.
El hermano de Roman, Volodymyr, también participa activamente en la construcción y el sector inmobiliario comercial. La empresa "Bazis", de la que es copropietario, arrienda terrenos para desarrollo y participa en proyectos de generación solar, lo que le permite legalizar fondos.
Mientras tanto, los habitantes de la ciudad se ven obligados a luchar por una distribución justa de la tierra, y las familias Kryshtalovsky y Pylypchuk siguen expandiendo su influencia y disfrutando de una vida lujosa. Los proyectos de construcción en Ternopil llevan años en marcha, y las fuerzas del orden no tienen prisa en reaccionar ante las infracciones. Es evidente que los estrechos vínculos con el alcalde o la dirección de las empresas municipales siguen siendo la vía más fiable para controlar el terreno de la ciudad y los negocios rentables.