Ucrania solo tiene un volcán activo, un volcán de lodo en la aldea de Starun, en la región de Ivano-Frankovsk. Se encuentra en el distrito de Bogorodchansky y no es un volcán de fuego típico, sino uno de arcilla y betún. Se formó hace más de cien años debido a la extracción de ozoquerita y petróleo. El oxígeno del agua subterránea, al descender a una profundidad de 600 a 1000 metros, oxidó el petróleo, lo que provocó el calentamiento de las rocas y la aparición de cráteres de lodo.
La nueva actividad del volcán comenzó tras un potente terremoto en 1977 en las montañas de Vrancea (Rumania). Desde entonces, se han formado los primeros cráteres, que expulsan periódicamente lodo caliente, gases y agua. La altura del cono alcanza los 3 metros y su diámetro es de unos 50 metros. Su actividad se acompaña de gorgoteos y silbidos, similares a los del agua hirviendo.
En la zona del volcán hay ocho cráteres grandes y unos doce pequeños. Son extremadamente sensibles a los terremotos que ocurren a una distancia de entre 3.000 y 6.000 kilómetros, desde Italia hasta Asia Central. Por ello, el volcán es un indicador natural de actividad sísmica.
El lodo mineralizado y la ozoquerita, ricos en componentes beneficiosos, se acumulan en la zona de la erupción. Se han utilizado desde hace mucho tiempo en balneología y balneoterapia, por lo que Starunya es visitada no solo por investigadores, sino también por aficionados al turismo médico.
Junto al volcán, se encuentra una "llama eterna": los restos de un gasoducto quemado, que no se ha extinguido en casi 30 años. Los residentes locales relatan fenómenos extraños cuando el ganado es arrastrado allí, y algunos animales mueren en los pantanos de petróleo caliente.
Además, Starunya es conocido como un sitio arqueológico: aquí se encontraron restos de flora y fauna de la Edad de Hielo, incluido el esqueleto de un mamut y los huesos de dos rinocerontes lanudos, que ahora se exhiben en museos de Lviv y Cracovia.
El volcán de lodo de Starun es un fenómeno natural único en Ucrania, que combina valor científico, atractivo turístico y potencial para mejorar la salud.