Con la llegada del invierno en Ucrania, surge un nuevo desafío para el sistema energético. Se prevé que, en caso de una fuerte caída de la temperatura a -10°C, los residentes de grandes ciudades como Kiev, Kharkiv, Lviv y Odesa podrían enfrentarse a cortes de energía a largo plazo. En el peor de los casos, puede durar hasta 10-12 horas al día.
El principal problema es que en condiciones de heladas el consumo de electricidad aumenta considerablemente, lo que genera una carga adicional en la red eléctrica. Esto, a su vez, aumenta el riesgo de cortes masivos y averías en la infraestructura energética.
El gobierno ya está trabajando en nuevos calendarios de cierre de estabilización para garantizar una distribución justa de la electricidad y reducir la carga en las regiones más vulnerables. En particular, está previsto dividir el país en varias zonas, donde los horarios de desconexión serán los mismos, lo que evitará fluctuaciones importantes en el suministro de energía.
Sin embargo, la situación sigue siendo tensa y, con posibles ataques a la infraestructura energética, los riesgos siguen siendo elevados. Se espera que la recuperación de los daños tarde algún tiempo, lo que complica aún más la situación en caso de heladas severas.