En las condiciones de una guerra a gran escala en Ucrania, causada por la agresión rusa, la destrucción de ciudades y las tragedias humanas, no sólo los ucranianos, sino también los extranjeros prestan atención. Cada vez más "turistas de guerra" vienen al país para ver con sus propios ojos las consecuencias de las hostilidades. Lugares como Irpin, Bucha y Kharkiv se han convertido en símbolos de resiliencia y tragedia, sin dejar de ser destinos populares para el llamado "turismo negro".
Según la publicación suiza Sarganserländer, una docena de empresas ucranianas ofrecen "viajes militares" a Ucrania. Las excursiones se centran principalmente en Kiev y sus alrededores y su coste oscila entre 150 y 250 euros.
Al mismo tiempo, parte de los beneficios de estos viajes se destina al ejército, afirma el cofundador de una de las empresas de viajes, Dmytro Nikiforov. Mientras tanto, su colega de otra compañía turística, Svitozar Moiseyev, asegura que estos viajes "no tienen que ver con el dinero, sino con los recuerdos de la guerra" y tienen principalmente un significado educativo:
"Son como una vacuna que evita que esto vuelva a suceder"
Al mismo tiempo, algunas agencias de viajes envían a sus clientes casi a la zona de guerra por miles de euros. Por ejemplo, Nick Tan, de Estados Unidos, voló en julio de 2024 a Járkov, que se encuentra a 20 kilómetros de la línea del frente y es bombardeada constantemente.
"Sólo quería verlo porque creo que nuestra vida en Occidente es demasiado cómoda y fácil", dice este buscador de emociones de 34 años que trabaja para una empresa tecnológica de Nueva York. - “Saltar de aviones, estar de fiesta toda la noche y darle puñetazos en la cara a la gente ya no es para mí. Entonces, ¿cuál será el mejor? Ve a la zona de guerra."
Al mismo tiempo, los autores del material señalan que tal actitud parece extraña para los habitantes de la destruida Irpen, que todavía viven en constante peligro.
"Recientemente, el dron Shahed se estrelló a 300 metros de mi casa. No tenía ningún deseo de experimentar algo así. Pero si la gente lo quiere, tiene derecho", afirmó Ruslan Savchuk, de 52 años.
Al mismo tiempo, la diputada del consejo local de Irpenia Mykhailyna Skoryk-Shkarivska señala que la mayoría de los residentes locales están de acuerdo con el "turismo negro", aunque también hay opositores. "¿Por qué vienes aquí? ¿Por qué queréis ver nuestra tristeza?", preguntaron algunos ucranianos a los turistas.
Por su parte, la directora de la Agencia Nacional de Desarrollo Turístico, Maryana Oleskiv, plantea las cuestiones éticas del turismo militar, por lo que la agencia está preparando cursos especiales de formación para guías turísticos.
Aunque los flujos turísticos a Ucrania han disminuido desde el comienzo de la guerra y ahora se limitan principalmente a turistas de negocios, la industria turística ucraniana ya se está preparando para la posguerra, por ejemplo, firmando contratos con los servicios de viajes Airbnb y TripAdvisor.
"La guerra llamó la atención sobre Ucrania, ahora al menos todo el mundo conoce nuestro país", afirma Oleskiv.
Anteriormente, Turismo Estatal amplió el mapa de los polos turísticos de Ucrania; ahora ya son 170.