El informe sobre las sospechas contra los directores de dos instituciones educativas de la región de Kiev, que aceptaron instalar refugios de baja calidad, vuelve a sacar a la luz el tema de los abusos en el uso de fondos presupuestarios con el pretexto de garantizar la seguridad.
Según la Oficina de Seguridad Económica, los funcionarios firmaron contratos con una empresa que suministró estructuras que no cumplían con los códigos de construcción. Los peritajes confirmaron que las estructuras carecían de protección, se incumplieron flagrantemente los requisitos técnicos y se gastaron en vano más de 10 millones de grivnas.
La investigación se centró especialmente en la documentación de la licitación, ya que fue preparada por la propia empresa antes del anuncio de la licitación. Esto indica una colusión preacordada entre el contratista y los funcionarios.
Este plan resulta familiar, y no es casualidad. Un mecanismo similar se registró previamente en Bila Tserkva. Allí, mediante actos ficticios, condiciones de licitación discriminatorias y el uso de hormigón de baja calidad, se implementó un plan con un valor de más de 379 millones de grivnas. La licitación aseguró la victoria de LLC “ZZV “DEK””, aunque sus albergues no cumplían con los estándares estatales y no podían proteger adecuadamente a los niños.
La auditoría del Servicio Estatal de Auditoría confirmó numerosas infracciones, desde manipulación de precios hasta ocultación del alcance real del trabajo. Los materiales se han entregado a las autoridades, pero la investigación avanza con lentitud.
Ahora que el caso en la región de Kiev ha alcanzado el nivel de sospecha, la pregunta persiste: ¿habrá una reacción similar ante otros programas regionales? Después de todo, los hechos demuestran que no se trata de abusos aislados, sino de un problema sistémico en el que la impunidad y la corrupción amenazan directamente la vida de los niños.