El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que pronto se alcanzará un acuerdo entre Ucrania y Rusia, lo que, en su opinión, podría allanar el camino hacia la paz. Subrayó que Ankara está dispuesta a seguir actuando como mediadora y a hacer todo lo posible para detener la guerra. Estas declaraciones las realizó durante su intervención en el Foro Mundial TRT 2025 en Estambul.
Erdogan recordó que Turquía ha asumido el papel de mediador desde el inicio de la invasión a gran escala y ha facilitado en repetidas ocasiones el encuentro entre las delegaciones ucraniana y rusa. Según el presidente turco, abordó el tema del alto el fuego por separado con Vladimir Putin y Volodymyr Zelensky, y «reafirmó su determinación de brindar todo el apoyo necesario para lograr un alto el fuego y consolidar una paz estable».
"Espero que pronto se encuentre un compromiso entre las partes que permita a los dos pueblos vecinos volver a vivir juntos en paz", dijo Erdogan.
Su declaración se produjo en el contexto de la supuesta disposición de Moscú a retomar las negociaciones con Ucrania. La parte rusa habla de continuar el diálogo «en el formato de Estambul», es decir, con la mediación de Turquía. Así lo afirmó el viceministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Mikhail Galuzin, quien aseguró que «se dan todas las condiciones para las negociaciones», pero insinuó que Kiev no está demostrando voluntad política.
Ucrania y Rusia ya mantuvieron varios contactos directos en Estambul en 2025, entre ellos en mayo, junio y julio. En estas reuniones, las partes acordaron, entre otras cosas, intercambios de prisioneros a gran escala: la primera ronda, en mayo, culminó con un acuerdo de intercambio de «1000 por 1000», el mayor intercambio realizado durante una guerra a gran escala. También se abordó la repatriación de los cuerpos de los fallecidos y el cese de los ataques contra infraestructura civil.
La parte ucraniana exigió un alto el fuego inmediato, silencio a lo largo de toda la línea del frente y el cese de los ataques contra instalaciones energéticas y residenciales. En el plan que Kiev presentó durante los contactos de Estambul, y que fue difundido por los medios internacionales, el primer punto era un alto el fuego total de al menos 30 días, seguido del intercambio de todos los prisioneros y el regreso de los niños ucranianos deportados ilegalmente.
Moscú no aceptó estas condiciones. Las señales públicas de la parte rusa indicaron que el Kremlin no estaba dispuesto a un alto el fuego definitivo sin concesiones políticas previas por parte de Ucrania, y figuras clave rusas afirmaron explícitamente que el objetivo de Rusia no era el compromiso, sino la victoria, exigiendo concesiones territoriales y limitaciones a las capacidades de defensa de Ucrania.
Es decir, el panorama real es el siguiente: Turquía enfatiza públicamente su disposición a ser una plataforma para acuerdos y afirma que la paz es alcanzable "en un futuro próximo"; Rusia habla de su disposición al diálogo, pero plantea un máximo de exigencias políticas; y Ucrania no rechaza públicamente las negociaciones como herramienta, pero insiste en que cualquier "compromiso" debe comenzar con un alto el fuego y el cese de los ataques, y no con concesiones en cuestiones de soberanía.
En este contexto, las palabras de Erdogan de que "pronto se encontrará un compromiso" suenan a señal política: Ankara quiere seguir siendo un mediador clave y demostrar que es Turquía quien tiene los canales de comunicación tanto con Kiev como con Moscú.

