La Oficina Estatal de Investigaciones (OSE) anunció la sospecha de un empleado del departamento operativo de la Colonia Correccional de Kolomyia, sospechoso de aplicar sistemáticamente presión física y psicológica a los presos. Según el SBI, el empleado intentó obligar a los dos prisioneros a cooperar, en particular en lo que respecta al origen de las drogas en la colonia.
Después de que los hombres se negaron a cooperar, el agente los golpeó numerosas veces en diferentes partes del cuerpo, acompañados de obscenidades y amenazas. El incidente se describe como tortura y humillación que duró varias horas.
El sospechoso fue acusado de tortura, por lo que se enfrenta a una pena de hasta 12 años de prisión.
Anteriormente, el 29 de mayo, el OSE investigó otros casos de tortura sistemática por parte de prisioneros ucranianos, en particular en la institución estatal "Colonia Correccional de Bozhkov (Nº 16)", donde cuatro funcionarios se convirtieron en sospechosos de tales acciones.
El ministro de Justicia de Ucrania, Denys Malyuska, al comentar estos hechos, aseguró que los casos de tortura en las cárceles no son comunes, pero reconoció la necesidad de una investigación exhaustiva de tales incidentes.